Me arrimo a la mesa como a una playa con los pies desnudos

lunes, agosto 06, 2012


Tweets del 14 julio 2012

Dejaré la tierra no antes de vivir
Actuaré para brotar
Que sea el baile
Voy tomando el sol esparcido
Esparciéndome por las miradas de la noche
De vez en cuando somos príncipes abandonados
Nunca estás tan cerca como la herida
Esta asfixia debe ser de amor
Este pulmón insomne
Me arrimo a la mesa como a una playa con los pies desnudos
Revestida y ahogada
desconsolada breve desvanecida
Parábola de tu cuerpo de mi cuerpo
Árboles de piedra como la verdad
Subido en un roble con hojas de cuchillo
Los dientes de la memoria destrozan tu recuerdo
Hospitalaria corteza cerebral a la sombra del cráneo
Tejedora de fuego sin espera
Después de todo me distraigo con el juego del bostezo
Las sombras como balas acribillan la tierra
De tanta apariencia se caen los ojos
Se habla tanto que llueve
Quiero declararte como oración
Voy muy por debajo de tus ojos y solo me ves el pelo
Encarnas la resistencia a la autoridad
eres como un rechazo del sufrimiento
como una protesta nueva
Te quedas al margen como un pathos nuevo

Desafectada o quemando,
de viento o lágrima,
tomas mi mano,
me llevas o dejas, incomprendida

En un pabellón, en un jardín público, donde tocaba siempre una orquesta de alienados, dos bancos, dos miradas, y el amor

Es un drama pasional que comienza a cada instante
como una emoción parásita del mundo dentro del cuerpo
como un principio de metal hipnótico

Invento tu nombre fruto magnético
Fruto de tu sugestión pierdo el yo; mándame amor cuando despierte
Distinguida por tu genialidad bien dotada, mi amor
Yo siento que tengo los brazos de aire, dicen los pájaros
Te constituyo en mi memoria hecha de sensaciones
Me faltas como si hubiese perdido toda la memoria
y viviese cada instante presente como única realidad
Ya alguien habló de percepciones sordas
No eres amor para todo corazón si no está dispuesto a revolucionarse
Existo parcialmente en mi sombra
Se le cayó un brazo y reía
Los somnámbulos sueñan cosas extrañas sobre su cuerpo
La ideas fijas cuelgan del techo como rayos familiares
Consciencias simultáneas, se alternan, sin tomar nota una de otra, se ignoran como dos orígenes diferentes
De vez en cuando, cuento los días caídos
Me tenías tan en la memoria presente que al primer paso me olvidabas
A cada una de ti responde cada uno de mí; sin mezcla ni confusión; dispuestas, cada parte, a olvidarse bajo la ficción de la síntesis de la consciencia
Nos presentaron tres tormentas para elegir la más terrible
La facultad de hacer pasar mis otras consciencias delante de mis ojos y verme partido
De las cabezas con todos esos objetos e ideas invisibles
Nuestra relación magnética donde solo sientes lo que siento y siento lo que sientes
En cada uno de nuestros instantes perdemos la noción del mundo exterior

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