tras la inocencia
habían un jorobado con su mala sombra
con cara de bueno y un poco de tristeza.
y una perra que era suya le movía con gracia su rabo.
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La palabra avanza
al tacto de las letras
tropieza sobre las íes
descansa en el descansillo del espacio
toma escaleras
de los párrafos
se asoman a la ventana de las hojas
cierra la puerta con el libro
no abre cuando llaman
ni duerme
ni deja
Quisiera dormir
como duerme la noche
descalza
no tiene manta
ni recuerdos de tu torso
Tuvo un día interrumpido
por las voces y los coches
solo le gusta los grillos
pintados de amores
Noche, noche, noche
murciélagos mariposas
sangre parada
de tu piel a su boca
Ella duerme sobre mi sueño
duerme y vela el silencio
hermana onírica
mentirosa
En ti la madera cruje
como recuerdo de bosque
inquietud de cama
sobrepesa el cansancio
Es noche almohada
mejilla y sueño
tela de nocturno recuerdo
sudor retenido
Tienes la puerta abierta al pasillo
largo y nocturno como el Infierno
monstruoso
estúpido
fantasmal
La cocina te espera
cruje el calentador
fríos tenedores
cucharas vacías
En la mesa solo hay un fantasma
come sopa de aire
pan duro viejo
se mancha la sábana
En mi sueño asesino
le hago una puñalada
Se vuelve, sonríe.
"Pobre chico.
Aun no sabe de qué van los sueños."
"¿Por qué no vuelves y me dejas comer tranquilo?
Como pan mío, sopa de aire.
Tengo toda la noche."
"Anda. Vete. Ya no doy miedo.
Me queda comer solo en las cocinas."
-Hay, ahora, fantasmas más reales que tú, -le dije medio dormido.
-No me importa, -me contestó. Déjame comer tranquilo que tengo hambre.
¡Un fantasma con hambre!
Estaré soñando.
Noche también es agua
cae sobre las hojas
eco de patio
jardín de seca tierra
cerámica
Tiene la noche tejado metálico
chapa de chabola
chinos tirados y hojas
Ladran los perros oliendo a muerte
chillidos se quejan
lenguas secas colgando de miedo
Noche de hambre
frío afuera
las ratas hacen sus nidos bajo los cartones
Un cañito de agua sucia
corre por la calle de tierra
No hay aquí mariposas volando
noche negra
Ni huevitos de pobres pájaros
congelados de frío
No hay capullitos de seda
a los barrancos se fueron las moras
Oníricas. Círculos.
Se flota como en una galaxia verde
a ras de campo.
Colgados los astros de los árboles;
las nebulosas como puentes.
Dormía y paseaba sobre polvos estelares.
Un agujero negro como pozo tendido
se alimentaba de piedras;
de piedras escogidas con gusto exquisito.
Eran las hojas pasadizos secretos
donde los cuerpos se achicaban.
Se abrió una al paso de la cabeza
con sus labios en sierra.
Estaban, primero, sus bordes escurridizos
blancos como líquidos.
Cogí de la hoja el tobogán.
Al poner el primer pie
se achicó el cuerpo.
Había gravedad, especial y diferente.
Gravedad de hoja y clorofila.
Había luz dentro; o los ojos se cambiaron.
Dentro de la hoja había un laberinto.
Un pájaro se posó fuera sobre una rama;
Produjo un seísmo en el pasadizo.
Cayeron unas gotas de rocío como una tormenta.
Las gotas esquivaban los cuerpos
no se mojaban.
Un rayo con olor a quemado
se paseó fuera.
La luz entró por la boca de la hoja
sin producir contraste con la luz de dentro.
No entré más profundo por miedo a no encontrar después la salida. Otro día en un nuevo sueño entro cuando el árbol me instruya.