Inmóviles gotas que huyen del desparramarse, del silencio se cuelgan
sábado, mayo 28, 2022Y aún. En elcon tu . En el tú Me Te el . De miedo de perderte. Como el mal ajeno que no se pierde. A mayor tiempo más. Aunque no se habla por pudibundez. Como ahora tú aunque no sé si. Como se habla con los pies. Siguen los pies hablando. Cccon. Con los besos en sus labios. Mueren los pies por besos. Que siendo “bebecito” o bebito no se recibieron. A esa soledad de piernas al aire. Aún desconocidas. Sonajeros sin música, monocromos. Su música cuando llueve. Sobre las vertientes de los tejados siempre llueve. Inmóviles gotas que huyen del desparramarse. Caen inmóviles como el recuerdo. Del silencio se cuelgan. Es su soledad. Vienen así, como si nada. Como algo que naufraga. Se ve venir a lo lejos como un simple tronco corroído. Va flotando como un barquito, velero sin tripulante.
Autobiographies. Écriture en miroir. Palimpseste sur peinture. SubIrrealismo en espejo. Intratextualidad aleatoria.
Se puede ver desde arriba de la belleza, que, a veces, incluye el dolor, la belleza y el dolor, arriba del silencio se palpa
viernes, mayo 27, 2022De son desde aquí. Sin viva indiferencia. Se puede ver. Desde arriba de la belleza. Que, a veces, incluye el dolor. Belleza y dolor arriba del silencio. Se palpa. Vela del ruido más allá. Del temor y la sumisión. Al tiempo. A su muerte. A la inmortalidad del poder del alma. Que tal muerta sin saberlo Se hace la viva, grita su sutil presencia, entre el barullo de la “increencia” se impone, rueda por la leve pendiente de los valles cantado a la fluida vida que a su pesar acaba en otra vida del acuático abismo más profunda.
Autobiographies. Écriture en miroir. Palimpseste sur peinture. SubIrrealismo en espejo. Intratextualidad aleatoria.
Lo indeterminado. De límite carente. Uno que incluye todo; aún (así mismo) aquellas partes que pretenden escapar. Partes escapan del cuerpo, de “nos dos”. Atomizadas. Volátiles. En fuga. Se extienden nuestros cuerpos en lo indefinido del amor. Gelatina. Sombras de gelatina. “Se estalla” la luz. Nace el color. Y el yo de carne. "De nacer" la realidad. Externos instantes. Vivenciándonos fuera. De uno. De sí. De los límites de la piel. Allí donde uno es como otro. Traspasando los límites del otro. Con desenfado e incongruencia. Derecho de la materialidad. De aquí llego, aquí cojo. A traspié. A traga-lengua, trabalenguas. Jeroglíficos en arabescos del otro. Se trastabilla la intención, y el recuerdo del instante anterior. Y "el soy" en su creencia. En su constancia y permanencia desde antes del nacimiento de la carne y más allá de su desvanecimiento. Y va, y va. Y se quiere llevar tras de sí a los “disfrutadores” otros. Quienes liman su profunda pena mientras fingen-rezan tras el negro trasparente velo que apenas oculta la lasciva baba del carnal disfrute.
Senso, luego ex-isto como hipó/tesis.
Libros hechos de pájaros. Sus nidos invocan. La creencia en la fecunda incubación. Bailan las alas entre linternas. Flores de la noche. Luces de tu piel. Salpican sus sombras. Saltan como recién nacidos. Brotan las sombras y sus semillas. El vaivén murmulla en tus senos. En ti me hallo sin dudas permanentes. Poseído y en ti latente.
Nuestros ojos abreviados de allí. Allí donde tu rostro se hace agua. Gira el hielo de la mirada. La raíz navega. Allí caminan. Manos tristes. Que me olvidan. Me desconocen las calles. Me ponen sobre aviso. Sobre tu boca. De las dudas que emergen, gritan, esquivan. Sobre tus pechos de tierra. Con sus mareas muertas. Con sus crepúsculos de boca. Divino pan del que nace. Y a ti, barco traído de la noche. Cadena de las páginas de la vida.
Senso, luego ex-isto como hipó/tesis.
Manos sin raíces caen al agua, aterrizan en lunas nuevas como ventanas plenas. Sí, puedes mirar y escuchar la noche. Y hablar suspirando. Abrirle la boca al tiempo. Abrirle la boca a las sombras. Pintar los árboles como inmensas mariposas. Su vientre del vuelo futuro. En su ceremonia del vuelo alrededor de las alas ondulan los páramos.
Se despertaron tus manos de huida. Brotes de cruces aleatorios. Se despegan las piernas de los muslos; corren cada una por su lado; gritan, saltan, a la libertad canturrean con cierta alegría loca del que nunca más conocerá amarras; ni de carne, ni ladrillo, ni de soga o eslabón. Corren las piernas sueltas a su aire, al aire que van alcanzando con el brazo alrededor de la cintura del aire lleva el ritmo de la danza invisible del aire.
Senso, luego ex-isto como hipó/tesis.
Era evidente el invierno con escarcha fría y reluciente. Evidente el resurgir. Nacimiento de la tierra. Las hojas verdes, débiles y frágiles asoman con nueva curiosidad. ¿Qué es sino misterio? Como nace la vida en carne viva desde los sueños. Y a veces, más al Sur, la fruta amenaza. Con anticiparse. Pues corre veloz detrás de la lluvia jugando al pilla-pilla.
Volví siendo tu nocturno. Alma que suele pasearse en la noche. Con alas de vacío. Volando al azar de las luciérnagas. Frágiles alas cortando el silencioso aire. Sus efectos, por olas, llegan al otro extremo del universo. Su inmenso fondo negro luciendo con el universo de las luciérnagas. Llegaban al final y retornaban, cruzándose interminablemente unas con otras en luminosos amistosos saludos.
Con el ruido del tiempo, confusos. Ofreciendo el cuello a los gritos. Cuello sobre la mesa cortado. Como experimento de la noche. Como entrega de la carne. Apareciste como crisis siempre. Fugitiva. Para el regazo de la imagen. En tu nuca donde desemboca mi boca encuentro anunciadas promesas. Mientras, en tu cabello dispuesto crece la fiebre.
Con daño de sangre se rompe. Se rompe el cuerpo en su imperfecta noche. Se divierte en filigranas uniendo pequeños granos. Cada cual aporta su belleza mentira. Su abuso. // Te recuerdo con sentido. Tú, la llegada. En el rezo de tu boca. En el despertar. Siempre, en la incoherencia del sufrimiento. Viene a cerrar mis ojos indolentes, con la lentitud de un párpado, entre estas paredes-fuertes, tan pronto como me hiciste mar.
Senso, luego ex-isto como hipó/tesis.
Cae el agua frágil sobre la fuente de los sueños
sábado, septiembre 04, 2021Cae el agua frágil sobre la fuente de los sueños. Gota a gota marca la letra del tiempo. Máscara del dolor. En los pasos del tiempo. Recorridos vistos como fuentes. Cada comienzo. Clarividente. Entonces, tú, divina, a mi prestada, predicha y clara, por ti fui adornado. Portado en el ultraje de tus brazos. Desfallezco allí, a contra mar.
Y entonces se apaga. En ti reverso anverso. Sufro me ceso. En la esperanza. Cruel esperanza inhumana. Primitiva ella desde el origen de los tiempos del hambre que hizo recorrer África. Primitiva, primitivo dolor. De pies descalzos. Mascando raíces y frutos de los fagáceos angiospermas. Raspando la lengua boca. Sus ojos de piedra aún sin sonrisa hacían metáfora de las distancias terrestres. Emperezaron a oír sobre el seco suelo, oreja comprimiendo la tierra, las lejanos pasos de las manadas de los elefantes que caminaban hacia la desembocadura del Nilo.
Senso, luego ex-isto como hipó/tesis.
Había que esperar para consolar este dolor por tus ojos hecho, quedado y herido. Como un dolor dueles como el escozor del veneno. Y tristeza. Que me niega la vida. A ti amor, a tus besos, a tus de entonces ojos que como ave de sueños te miro planeando. A tu inocente corazón. Amargo como boca quemada.
Algo se arrastra y empuja. Tal vez el amor. Hecho de movimientos. Movimientos de tierra desde donde brota. Somos heridos con desgarros. Se desgarran las manos. Buscan los huecos como gatos. Suspiran con lágrimas. Esas quejas del ronroneo. A veces a manos muertas. Dispuestas a retomar la lux. Obstinación contra el tiempo perdido. Su luz desvanecida. Tanta luz sale por tu boca que se calienta ardiendo el aire.
Senso, luego ex-isto como hipó/tesis.
Y tienes del Destino la calma. Calma de muerte seca. En el interior de la sangre. Vivir de nieve en hibernación. En tus piernas. Ofrecidas manos. En llamas de sueños. Viviren los mordiscos de la nieve. Incansables bocados del perdurar. Boca a boca. Negras bocas. Urden tramas contra los besos.
Con luz y matiz. Puño cerrado de luz golpea. Sin esfuerzo. Adicta luz su crecida. Luz de la memoria. Esa cara extraña de sus ojos. Y, a veces, recuerdo. Cuelgan las pestañas de la luz de los ojos. Ahí lucen como materialidad del deseo. Su boca “relamea”. ¡Qué te esperabas! Que la voz amanezca clara. Sin los escombros de la noche. Clara agua en la sequía de los tiempos.
Senso, luego ex-isto como hipó/tesis.
Filigranas chinescas de papel