No sé. No es. Para ver. Asustada cama vacía. Impulso de fuga. Ausencia cruz. Dormidas ciegas. En el fugaz vacío. Furioso de agitados brazos. Se mueve como un asiático rayo. Miraba como la pupila de la lluvia del elevado Oriente. Donde el mar no duerme. En su bordado borde del invisible hilo que al mundo sostiene. De cuya realidad nadie osa dudar. No...
Por ejemplo. Ese ejemplo tu lo sabes. Para que me alcance el creer. Para que tarde el amanecer. Y alguna vez somos gesto. Fuimos foto agrietada: papel sin agua. Gota de papel, un mar de mujer, una mezcla de ti, un tú que me duele. Un dolor prolongado. Prolongación de la vida. Vida de silencio que no dice nada. Desconocida vida de puertas....
Te encontró el espacio del cielo. En tu secreto. Dentro y encerrados. Tu digitales huellas, dicen el camino. Ven por aquí. Está todo tapado, encubierto, cifrado para el entendimiento, para el corazón abierto y transparente, iluminado, “éclatante”, solo lo tapa el viento, con su translucidez, viento de seda y viento, Oriente con su hermetismo mal imitado aquí con el habla de niño. Te...
Tu cabello, acacia. Del invierno norte. Tallaba el origen de la máscara; o tal vez, el origen tallaba la máscara; nadie lo sabe. En todo caso, imputrible flor del desierto. A prueba del desierto. Desafío a las leyes de la naturaleza. El superior vuelo del éxtasis. Le regala tres semillas de boca. La fuerza del olvido en la que se somete la tierra....
Nunca me puse a vivir vencido. Ni me puse a ver en la ceguera. Más bien opté por tus lúcidos ojos. Tu universo de ojos sobre la tierra. Esos que ven todo lo que se escapa. Miran sin deseo en la eternidad de la espera. Miles de instante abajo, en la Tierra; tantas como en el cielo. Sin espanto llorando por nuestras penas....
Los envites de la vida; sus lugares y goces. Tu protección bajo las noches de la conquista. A veces, vencido. A veces, quita vida con sus fuerzas de lo siento en el pecho, el asalto de su belleza, sus pulidos ojos, y la voz de su pecho, y los escritos rendidos, los ojos ofrecidos, a veces, su ceguera, en primer lugar en los...
Con tu alma, tú mi semejante. Con tus manos de hierba. Me haces sembrados campos de reposo. Del dormir disuelto. Del dolor acusado. Del correr del llanto. De las percepciones disueltas. Me liberas. Se fuga el día, la fuente, el agua corriente, se disuelve con su sabor insípido entre los dientes de la húmeda tierra. Pasa su nombre por las bocas. Con el...
Nos decían los días que estábamos solos. Solos cada noche del mundo, cada día respirable, mañanera sin angustia. Un sorbito de limón limonero. Un caramelo a mano, en la boca, entre los labios. Se dirigen como del dolor un quebranto (En el sentido de que rompe la continuidad). (Se dirigen, como acción, no como movimiento.) Entonces hablamos de lugar. Lugar seguido de lugar,...
Se desespera el calor: quiere tu cuerpo. ¡Quién diría un cuerpo con alma! ¡Quién diría su decir loco! Se pone a hablar sin costumbre. Desvaría en su largo trabalenguas. Diría, diría todo aquello que ha callado mientras lo creíamos mudo, tonta máquina. Es decir, que dentro de cada cual, no nos conocíamos. Luego ya somos al menos tres que se desconocen. (No me...