Del umbral de la soledad
domingo, junio 09, 2019
Del clima. Del umbral y del amor del cuerpo. Era nuestra soledad viviente y sola, orgullosa, fiera y arrebatada. Consumía advertido aire; a veces, dolor: cuestión de clima y refugio. Echábase a soñar como si la tarde estuviese sola. Más allá olía a horizonte. Más acá, a hierba perdida en un rincón de la amplia llanura. Estaba ella con labios de aspereza. Con cómodas respuestas. Al tiempo que viene por allá donde la vista acaba. De vez en cuando mira, calcula la lenta distancia, suspira, vuelve la vista hacia su falda, la alisa y tiende hasta que el fino borde acaba sobre la dura planicie de la carne.
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