Él ha decidido la felicidad.
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Silencio con esto.
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Sin miedo ninguno a las entrañas.
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Creer hasta el fondo de la desesperación en el amor perdido.
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Contra las costuras de la vida vago entre hilos.
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¡Sí! La muerte quiere darme la vida.
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Estar fuera de sí, fuera de ti, así como algo insólito.
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Se pagan a sí mismos con la felicidad debida.
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He empezado la muerte y ya me queda poco.
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Mis tweets
Los perros de niebla son silencio mirando al exterior de la oscuridad
domingo, marzo 23, 2014Tweets inconclusos:
Bailará de un negro humilde.
Es el propio olor de mi respiración.
El cuerpo se balanceaba dentro de su vestido como una lámpara.
Había una luz enorme ligeramente nublada.
Iba con su muda cabeza como pensando.
Me elevaba los ojos.
Sobre su cuerpo colgaban tiras de hombre.
Caminaba con la timidez de un pavo.
Suspiré un motivo.
Y tuve que subirme al cuello del caballo para bajar su orgullo.
Si yo existía como carne era ya inhallable.
He de introducir las uñas en los dedos.
Que el pianista se había vuelto tuerto de tanto mirar una sola tecla.
Convertiendo unos pequeños pájaros en matorrales salí al vuelo de la noche sin su permiso.
Para asegurar la noche que se avecinaba.
De los árboles colgaban las frutas y goteaban al suelo.
Corrí tanto que no pude detener el tiempo.
Sostenían el agua a cuatro manos.
Subiré la escalera hasta su habitación y allí me serviré de sus muebles.
Doy un paso nocturno.
Una niñita sostenía un cansancio.
Las piedras embalsamadas con regularidad.
Ruedas eran arrastradas por el tiro del tiempo.
En ese mosaico de la tranquilidad.
La gente pasaba por las cabezas como diminutos recuerdos.
El tiempo durará para aguantarnos.
Y todo estará muy lejos del viaje.
A menudo cambiaban el paraguas de sitio esperando la lluvia.
¿Cómo es de noche allí?
Ya corría el agua; ya se estiraba.
Al meterle mano fue cuando se dio cuenta de qué manera se había llenado el bolsillo de gente; estaban todos como en la cubierta de un barco.
Donde cada uno de sus dedos es una crápula.
Él, ese que inventó un mundo oculto, me lleva por vías estériles.
Entre dos manos penetran los ojos.
Con un gigante de pie abierto.
El tiempo nos está esperando casualmente.
También divisamos un allí.
Agita los brazos y se le mueve el corazón.
Nos volvemos contemplativos el resto del tiempo.
La cabeza más firme no tiene huesos.
Pero su mirada no se ve concentrada en sí misma; se ha perdido en el aire de la cara.
La hélice del instante empieza a funcionar de nuevo.
Hay abrazos que suben y que bajan.
Éste es su aparato: un largo silencio.
A que es cierto: dame las cuentas de tu vida.
En la dirección de todas las subidas.
Al fin y al cabo todos realizan un mundo para su provecho.
El suicida se acuchilla delante de nosotros.
Los canarios no recuerdan las jaulas.
El azar trae los trenes a la memoria.
Como cuando se pasa una aguja por el ojo.
Los ojos invalidos.
Un libro que yacía muerto a su lado.
Del campo volvían los ladrones.
Mi ceguera me hace velo.
Tuvo presente los pies de los cadáveres.
Se observó como unos monstruos internos observan a sus víctimas.
La mente se transformó en una cueva conteniendo todo el espacio.
Omnisciente del Tiempo.
Le cortaron la cabeza que le acababa de crecer.
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El sonido de cada hoja hace viento de tormenta.
Las palabras me preparan cariñosamente el vacío.
Que la lengua es una húmeda pregunta.
Las berrugas del ruido.
El ruidoso espacio antes del nacimiento de la palabra.
Finalmente no puedo respirar por culpa del agua espesa.
Planear lo invisible para perderme.
Los buenos lectores queman el libro en su memoria.
Hagamos esta noche el inventario de tus nombres.
Todos los textos son sirenas de la noche.
El hombre es una coincidencia mal prevista.
Un libro condenado a desdecirse tiene que contar otra fábula indefinidamente.
Cuando tiemblen los gusanos.
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Todas mis vidas han sido errantes.
La soledad es como la vida: una mala cosa.
Los hombres-a-perros circulan por las calles
a horas imprecisas.
rompen la tarde con ráfagas de aullidos,
tiembla la luz del sol cerca de las aceras,
y un naranjo se recrudece,
pide noche de ausencia.
Vive hoy; mañana vivirá por ti.
Tírame de la atención.
Ellos hacen figuras que circulan dentro de la tumba.
El espacio es secreto.
Los náufragos que la poesía arrastra,
soy uno más.
Por querer nadar allí donde los brazos son inútiles.
Los senderos están tapados al final de su boca.
El paisaje no es visible detrás del muro de la mirada.
Siguiendo la comedia de la sal.
"Errancia" de un ser sin camino.
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El dolor se susurra cuando callo.
Era una soledad "tardiba (del carácter de la tarde)" de mayo.
La mañana se había acabado y la tarde crecía más allá de sus horas.
Para ver como el tiempo y el color del sol se para en un tono de otoño
que solo ocurre esos días esas horas.
Un color de fiebre de los ojos del recuerdo.
Un pavo real con cuatro o cinco colas. ¿O era solo una?
Cuando se baja del tren y pone pie de no saber donde se está.
Hay arenas de loto disuelto que huelen a tristeza.
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Un libro es una casa de citas a ciegas.
Mi memoria de nuevo me trae a mi cuerpo.
Poner mucha atención a la orilla porque ella habla de los límites.
Ella con sus tres lenguas tiene la lengua dividida, Alejandra;
no intenta, como parece, disociarla sino unirla en un esfuerzo nocturno imposible.
Trozos reunidos en un libro.
La muchacha de las aves rosas.
La juventud tiene fecha de caducidad puesta sobre la última cifra de la lápida.
La letra es espejo negro donde uno es tragado.
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Los tweets del silencio :
Creo que son las promiscuas ratas las que transmiten la peste.
Gracias a Dios las ratas no piensan.
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Se acerca a ella los sueños y se la comen en un banquete dionisíaco
Su boca sin labios mudos
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Las parejas no se desintegran en las puertas de las casas
Un dios de nieve se derretía en los jardines por falta de calor humano
El que no se avisa de hacerlo entra en la catástrofe
Se ve obligado a la complicidad
Su metáfora imperativa es cosa de espejos
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@CarlosdePuente
Si tuviera que admitir que a veces es cena o lluvia
un hermoso invierno ofrece su cuello y su chaqueta.
Crece la sangre en los campos de batalla como una línea.
Mala suerte tuvo la idea al pensar que el mundo era solo un campo de batalla.
Tres alas de edificios y de pared se extendían al aire.
La tranquilidad antes de añadir la voz.
Se abre el silencio como una cosa nueva.
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Me llevaste hasta un lugar sin fronteras como a un hombre nuevo.
Me dices al oído todos los imposibles que hacemos.
Allí lo sintió como un sueño.
Una decisión de calor.
Un amor desordenado con olor.
Un pequeño llanto amargo se ocupaba de mi garganta.
Tu ropa exaltada hacia mí venía con boca abierta de deseo.
Encontré el camino de tu frustración como un invento.
La peste: ese animal pegajoso de caramelo.
Saliste a las primeras vueltas.
Era el olvido del cansancio.
Estuvieron unos días soñando.
Soñando unos por otros se hizo el mundo.
Cada vez despierto sorprendido de que esta sea la vida.
Todo el amor se transmitía de boca en boca.
Se contaminaba el mundo y nosotros inocentes.
Dios fue al leer lo que los hombres escribían.
Eso fue en la fecha imaginaria de mi nacimiento.
Todo se redujo a este día como el último vuelo del pájaro.
En aquellos tiempos humanos la memoria fue una máquina deformada.
En esta vida adquirida en el bazar de Las Mil y Una Noches
se hizo la ciénaga presente.
Conoció la puerta abierta.
En sus manos las cosas conseguían tomar la suerte del olvido.
Había estado la soledad de visita en el salón de la muerte
le quedaba té aún en la boca.
En un rincón del mundo había unos pasos supuestamente humanos.
A medida que la imaginación se fue volviendo metálica se endureció el mundo.
Un poco más tarde vinieron los fusilamientos.
En la languidez quedó la vida.
Pero no se había perdido el sentido agarrado a las nubes.
Pensaba como el lienzo de los cuadros de aquel museo.
No eran casuales tus rodillas.
Se te hizo el suelo.
Y la explicación se te vino después del rezo.
De color se hizo el mundo para tapar su miseria.
Y es un nuevo lugar.
Este.
Para ti.
Un lugar sin rumbo porque ya encontró su sitio.
El calor se ordenaba por la calle según su capricho.
Tenías siempre preparado el talento de los huesos.
No tenía de tu cuerpo nada que corregir;
todo estaba ya dispuesto
en el máximo resorte del mundo.
Se me quedaba el cuerpo como una rotura.
Con la severidad de una lista.
Como un jardín nunca visitado.
Como veinticinco notas desgarrando la música.
Así entró el mundo en Occidente.
Rajando cuerdas.
Volviendo a la oscuridad de la razón.
Echando mitos cuando inventaron los bolsillos.
Comiéndonos en pensamiento a nosotros mismos.
En un pensamiento que acaba en el límite de las palabras.
Hubo un tiempo en el que a los hombres se los comían las paredes.
Y las casas crecían al ritmo de la vida humana.
En otro tiempo, en otro lugar; aunque siempre era la Tierra.
La satisfacción de las grietas.
El peso de la sangre.
Y un grave amor que lo invadía todo.
La temperatura subía por las piernas de la Tierra.
Tuvo orgasmos "erupcionados".
Y un alimento de agua.
En otro lugar, en otro mundo, la sangre espesa.
Prendido a la cadencia de tu boca
desde el principio al fin de los tiempos.
Se me acercó por equivocación un día.
Un día suicida que había perdido la conciencia.
Sacó sin pudor su esqueleto.
Y me tomó en un delirio enamorado.
Sin tocarle un pelo quedé como una flor muerta.
Eran sus manos olorosas.
Bien prietas y densas.
Únicas manos de la vida.
Y entonces de olvido perdí la memoria.
Las noches enteras permanecen fuera abandonadas a la soledad del silencio.
El rudimentario silencio no hacia ruido.
Desde todos los tiempos vienen trampas como una banda de canarios.
Los pájaros eran distintos a la realidad.
Por primera vez no había sentido.
Algunos confesaron su sorpresa.
Fue una nueva iniciativa.
Convencidos de su locura hablaban lo que se les pedía.
Desistieron todas las rutas para evitar el "ninguna-parte".
Nadie quería volver al pasado.
Ya todo era vegetal.
Y el Universo parecía de piedra.
Se confundían este y los otros horizontes.
Se perdieron los contactos.
Los obstáculos parecían ríos del recuerdo.
Se acabó una semana silvestre.
A mitad del tiempo se hizo una colección del pasado.
Cada diez días relataban los hechos.
Ya no volvería el sol
en el tiempo del cataclismo.
El suelo, a veces.
Los monos tristes.
En esta expedición del silencio.
El recuerdo era un silencio
para esos hombres del final
sonámbulos de pesadumbre.
Avanzaron en la reverberación de la noche
como un aceite de insectos.
Tal vez de haber comido animales fluorescentes.
Se destrozaban los pulmones de regreso.
Estos últimos mineros de los tiempos.
Casi sin hablar con antorchas de sangre.
A los más viejos se le caían los ojos.
Y siempre dormían como si nunca lo hubieran hecho.
Tuvieron un tiempo de soledad.
Casi imperceptible.
Se había perdido el Ser, la Identidad y el Sentimiento.
Así pues, todo perdido, cuerpos.
Iban como fascinados.
Todos ellos travesía.
Ligeramente petrificada.
Una orquídea de pájaro.
Un interior sigiloso.
Ya sin costumbres.
Un mar quebrado.
Una ruta de amapolas negras.
Un punto en los sueños.
Y durante mucho tiempo apareció lo arbitrario.
Eligieron un lugar para recibir al Futuro.
Pero el Tiempo ya no existía.
No perdieron la esperanza en volver a inventarlo.
Les quedó alguna soledad que otra.
Algún secreto implacable.
Mientras adoraban como a un dios la Noche.
. ****
Mis tweets
Escribo todas estas palabras para excluirlas porque sé que estas palabras no son
domingo, julio 28, 2013Mis tweets de hoy.
La cara del árbol.
Las gotas pesan sobre aire hacen curvas espesas juntas como bolas de agua.
Las sombras de las alas sobre fondo gris y es el vuelo vertical cae a pique la soledad del ave es viento.
El agua no sabe.
Tus brazos sobre el mármol.
El hueso de tu cadera tiene un centro.
Estos dedos palmeras.
Se iluminan las hojas intermitentes.
Ver a través de una silla.
Cae tu pelo sobre tu espalda como la cola del cielo.
Poesías para acurrucar.
Puntos-luces-azules de palmera.
Escribo todas estas palabras para excluirlas porque sé que estas palabras no son.
. ****
En primavera soy siempre sombrío.
Estaba tan triste que esto parecía tristeza.
El baile, como un fruto, cuelga del árbol de la vida.
En este instante de la Eternidad te amo.
Me gustas cuando estás larga y dormida.
Tu dolor está dentro.
Dime que me quieres aunque sea mentira.
Si te vas a dormir que sea colgada de mi boca.
¡Cuánto paraíso en tu seno!
Desde ahora soy eterno.
Con esas piernas tan largas vamos a preparar por ellas un largo
viaje como un suicidio.
La muerte es imperfecta porque deja recuerdos.
Concédeme un sueño.
Deberías llamarte sonrisa.
Deberías vestirte. Son las cinco. Vas a coger frío de tarde. El
metro pasa ahora en ambas direcciones.
El que va directo a casa y el que rodea la ciudad.
. ****
Estaba tan triste que esto parecía tristeza.
El baile, como un fruto, cuelga del árbol de la vida.
En este instante de la Eternidad te amo.
Me gustas cuando estás larga y dormida.
Tu dolor está dentro.
Dime que me quieres aunque sea mentira.
Si te vas a dormir que sea colgada de mi boca.
¡Cuánto paraíso en tu seno!
Desde ahora soy eterno.
Con esas piernas tan largas vamos a preparar por ellas un largo
viaje como un suicidio.
La muerte es imperfecta porque deja recuerdos.
Concédeme un sueño.
Deberías llamarte sonrisa.
Deberías vestirte. Son las cinco. Vas a coger frío de tarde. El
metro pasa ahora en ambas direcciones.
El que va directo a casa y el que rodea la ciudad.
. ****
A ver si llueve y me hago un disfraz de primavera.
Son tus ojos los que me besan
Lagrimeo sueño.
No es de nadie cuando es mi temor.
Hoy, un día, yo, incluso.
Ojalá en ti, ahora; y no olvides tu cama.
Para ti; estoy fuera.
Hoy, este día aplastado.
Nunca me quito el corazón de encima.
Hasta que el sol se levante y diga basta.
Aquí planeando el desastre.
No traigo nada entre mis sombras.
Se ha quedado la tarde como después de la lluvia.
A este paso solo me quedará tu nombre.
¿Y ahora cómo te beso con esta lentitud del cuerpo?
Yo padezco de tu deseo.
Por ti, por tu culpa de Abril.
No olvides que el amor duele.
. ****
Quisiera ser tu boca de reemplazo.
Yo por amor estudio tu lugar.
Soplo en tus labios.
Aquella que fue mi peor pesadilla.
Bella boca rosa.
Bajo tu brazo desnudo mi cuello.
En tu boca muero entre las horas de la noche.
Y si me acompañas al cine a comer mariposas.
En tu oscuridad de fondo quiero amarte a mare.
Me alegran tus labios.
En ese aire de tu pelo.
Por eso te doro los ojos.
Fantasía dentro, mi dirección.
Besos de pluma.
Tus pies: mi puerta.
Tu pecho, un balcón.
De chicle tu mirada.
Me gusta siempre que me llueves la contraria.
Así la tristeza está fuera.
Siempre me quiero morir:
¡socorro! suele ser una llamarada.
Me da risa cuando entro en mí.
Deme un cielo azul para tomar color.
. ****
Cuando tus senos asoman aparece la frescura sobre tu
pecho y yo imagino lo que tu vestido oculta.
Con la perspectiva como hundimiento.
Una puesta de sol en su agonía.
Unas ganas de bailarte.
Aquí llueve y te extraño.
En esta playa violeta ya es de noche.
Nadie le dijo nada al conejo de Alice detrás del espejo.
Oye! ese lugar se está escurriendo por tu pecho.
Tus pies son cortina, sábana, piel con la que me visto.
Es tan difícil la noche como amarte en esta terrible lejanía.
Tú nieve. Yo chocolate.
A veces tengo piedras en los ojos.
. ****
Pérdida de relato.
Pintar aún lo no germinado.
El baile infinito pintado en el tatuaje de tu vientre.
Su trabajo, el cual fue primero autopsia ...
El dolor se mide con música.
Una lágrima sale de tu boca.
En el fondo de la pintura hay un paisaje hecho trozos.
La cama, entre sueños, toma a sus presas.
Un tronco duerme sobre la cama de las sábanas azules.
Cuando no me clava soy infiel al dolor.
Un sujeto espejo sin esencia.
El dolor es un color.
Todos los dientes están siempre a la búsqueda.
Antirracional a primera vista.
Los sombreros de paja son grandes graneros.
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En este cuerpo mío hay más de un futuro árbol
Vestir tu cuerpo, así como te hago; y vivir
Y de repente silencio.
Al pensar en ti, siempre lluvia.
El Paraíso se puso nervioso cuando tú saliste de él.
¿Qué pasa cuando te abrazan y no soy yo?
Ahora comprendo el silencio de tu cama.
Por el carrusel de tu pecho.
Tu pecho como una playa.
Beso dormido.
Me hago un rizo con tus labios.
De trenzas van nuestras camas.
¿Nos amamos en tu orgullo o en el mío?
Tú anulas el crepúsculo del mundo.
Solo nos hace visible la lluvia.
Creo que voy a dormir un rato sobre tu silencio.
Tú me respondes con boca de puerta.
Se quema la torre de seda.
En un lugar de tus ojos.
Y tus ojos somnolientos me tienen cogido en un sueño.
En el color de tu piel, digamos, amanece.
Te envío mi primera letra para tu boca.
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Dios te hizo esa hermosa boca para hablarme
Entre tus dedos se sortea mi suerte
Te enroscas en mi cabeza como una borrachera
Fantasía verde.
Cabecita loca
De pan tus manos
El jengibre es en ti una flor
Me dicen loco y es por tu culpa
Me dicen loca porque te amo
Al grito vengo, a tus gritos voy hacia tus manos
Si sonríes que sea por mi locura
Te amo como un pajarito
Tú
Por tu pecho aparece el cielo
Por tu cara la mañana
Y hoy es fiesta en tus manos
Te asumo como canción
Eres mi rompecabezas preferido
Cabriolas locas de amor sobre tu cama
En el espacio de tus brazos
Delicada mi chica-flor
Tu siempre y así
De emociones está hecho el rizo
Ayer ya es tarde
Te veo desnuda
Te preparo una fuga
Se me tambalean las caderas
Estás hecha con la superficie de mis labios
Y pienso en ti.
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Las imágenes nos sueñan.
Me quedé sin narrativa personal cuando desapareció el discurso social prefabricado.
El sonambulismo produce relatos mudos de la noche.
Hoy, en cada día...
La mesa se toma medidas para comprarse un vestido de cena :)
Si el siglo pasado es solo un agujero.
Fantasía de las cuatro estaciones.
El color verde de tus besos.
Mentira.
Tu primera sonrisa.
Tengo algo que decirte de la magia de tu boca.
Debí reemplazarme hace tiempo.
Amor: para dormir bajo la lluvia por capricho.
Hoy va a nevar sobre tu rostro.
Eres un impresionante y bello desafío.
Somos juntos un punto de partida.
Convulso me pones.
Quisiera ser el nervio suave de tu lengua.
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