Estábamos atrapados en nuestro propio templo de belleza. Un miedo mejorado. Creo que lleváis tirándoos a la maldita realidad un tiempo, desde hace. Esperando la putrefacción dentro del cuerpo del alma, individual y colectiva. La salida de los pasos donde no hay salida. De túnel araña. De tiempo araña. Ola araña de mar. Sus líquidos pasos de aire. De nidos de mar. De manos perdidas en naufragios. Flotan, van balanceándose sobre la posibilidad de empapar su hundimiento. Manos naufragas flotando.
Se abren entre cabeza cabeza los accesos. Un cultivo de la tierra de la sangre. La imagen volvió al espejo. Todo líquido de mirada. Nuevas y delgadas. Son posibles cuando vienes. De corazón y insensatez vienes. Un conocido día así de corazón silencioso. Que no debía ser noche. Del tal vez. Donde los aullidos desaparecen. Sin saber que aullidos son. De redondo negro. Angustia comiendo en su entera determinación. No deja al cielo como estaba. Ni la veneración lo reconoce. Eyectado por el veneno de las bocas que al aire escupen sus esencias de odio con flores frescas adornadas rechazando el ponzoñoso olor que lo rodea. Impíos, que en su creencia de creer, toman arrebatadas lenguas mitológicas de fuego para llevar a cenizas la otra bondad destilada en la nítida inocencia.
Autobiographies. Écriture en miroir. Palimpseste sur peinture. SubIrrealismo en espejo. Intratextualidad aleatoria.