La ciudad de los pasos
lunes, septiembre 17, 2012
Descansa tu rostro enternecido en lo hondo de un viaje
El espejo como un paisaje
La atmósfera como agua matutina
Y tú como un conjuro
Y la isla de tus pies donde naufrago
El amor salva-horas
Agua de inmediato. Agua o amor
Fijando hielo sobre corazón dolido
No cesa la memoria como materia espesa
No se detiene la extrañeza
En tu boca nocturna encontré mi sueño
En tu boca el rencor mudo, no habla, no existe, ni aflora
La voz de la sombra se contrae en un murmullo
Resuenan los muros en su tortuosa vida de piedra
Amor embrollado, desembrollado, de vuelta a embrollar, con pasión, apasionado, amor emocionado
Atravieso Nueva York. No. Atravieso el mar en un barco más inmenso que las estatuas
Cuando tu sombra se desliza y me toca
Vivo en ti, sin control ni rebelión
Nos sentamos impacientes en un banco del Central Park
Pasaba por encima Nueva York como un globo
Vivir todas mis emociones en cada parte de ti
Con ella crezco y me alargo como un viaje
Nos cruzamos con hombres solitarios
Nuestras cabezas estaban en todas las ventanas
Intercambiábamos nuestras manos
Eres maravilla sin lamento
Me diste mágicamente el olvido de mí mismo
Sin pensamientos. Todo emoción. Barrida por los taxis amarillos
Amarse como un líquido
Me abandono mirando por el cristal trasero
La ciudad se corta
Harlem nos ama
No se terminaba la ciudad recorrida
La ciudad de los pasos
Vivimos en el interior de nuestro equipaje
Me trasladé a tu lugar
Nos citamos en una esquina. Pero los números se trocaron en el papel
Olía a desierto
Añorábamos las calles de los poetas
Es tan fácil recordar un nombre
Volvimos perdidos
Aquella noche en un hotel diferente
Compartimos noche, ruidos, cortinas parecidas en hoteles desconocidos
La noche fue larga como una noche de Manhattan
Cada uno volvió, por calles diferentes, al mismo banco de Central Park por intuición
Fue como un secreto revelado al reencontrar nuestras manos
Querías traerme todo
Pero los parques no tienen dueño
Entramos en nuestra habitación con la magia de la calle
Un beso nos desnudó
La mañana siguiente temblaba
Estábamos solos entre dos mares
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