Mientras las cicatrices se corrompen
lunes, enero 08, 2018
Entonces, por nuestros labios corre la duda como el tiempo dormido de las horas. Duda de sueños inacabados. Duda del instante pasado y de imposibles ausencias injustificadas. Pero ya es hora; ya llegó. Ya llegó lo que nadie se explica: la escalada del tiempo, sus tardes sin lluvia, los ambos recuerdos colgados sobre las ventanas. Ya llegó el laberinto de las calles sin salida, estrechas, húmedas y sombrías, nocturnas y vacías. No llamamos a las puertas porque sabemos que no hay nadie. Y si hubiese, nadie contestara. Se apilan las amenazas sobre las escaleras. Se pega el angustioso sudor a la ropa usada. Toma la respiración el nombre de la palabra. Da vueltas por los orificios de los pájaros. Mientras, las cicatrices se corrompen.
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