Tus ojos son de piedra, metáfora de la fuerza terrestre y vientre.
Son el agua caída, frágil como un descuido, almohada de mis sueños. Caídos hace tiempo se desprenden letra a letra como una máscara; con su dolor, alegres, con todos los pasos recorridos y su tiempo. Son vistos como fuente y comienzo, como comienzo y fuente, malentendidos. Si alguna vez tuvieron la luz clarividente, entonces, tú, divina, a mí prestada, predicha y clara, por ti fui adornado.
. ****
Y me dejas caer en el ultraje de tus brazos. Desfallecen en este otoño corta-mar, con el daño en la sangre, con el cuerpo que se rompe en esta noche imperfecta. Y tus sueños se divierten, y me usas como a un absurdo, en esas mentiras tuyas. Ellas abusan del olvido como una mariposa callada y seca, con sus palabras de hierro seco, con sus alas de aullido. Te recuerdo como al aire, con tus nombres consentidos. Como una llegada tiré tu mirada, recé en tu boca. Me desperté incoherente del sufrimiento, incoherente y exagerado. Vine a cerrar mis ojos indolentes, con la lentitud de un párpado, entre estas paredes-fuertes, con las claves de tus cerraduras.
. ****
Tan pronto agua, mar, dique, piedra, o profundidad inmóvil. Tu opulencia embriaga, tambalea, escucha, subterránea, muy efímera y amplia, reluce a los pies que soportan la noche. Ensucian el olvido erróneo, tan perdido como nuestras manos,
ahora que los labios desmienten, descobijando las sombras. Te queda como última palabra un tal vez te amo que apacigua el dolor de los pasos. Y hemos recorrido tantas veces ya el color de las sombras! tantas veces el volver! tantas veces en secreto, a tientas, entre los dientes del silencio, entre el dolor de boca y boca,
entre ultrajes que desfallecen! Últimos brazos, último mar y otoño, última caída.
. ****
Estamos como recuerdo que cuelga en el museo de los sueños, como cuando un poema de papel escucha el horizonte y la vida sigue y tiembla sacudida por los recuerdos. Y siempre fuimos: pero tú, y yo contigo; pero tú: y yo qué sé. Que me ames y duela, como abriendo el dolor. Y yo que sé. Con el ruido del tiempo embrionario. Con el principio de las patas, con su vergüenza, con su cuello ofrecido, con su grito; con tu cuello, con tu entrega.
. ****
Sobrenatural, tú: volvías intacta como un instante.
Llegada como un experimento de la noche,
apareciste como la crisis de una casa,
como algo ocurrido siempre.
Y viendo que conocías todos los tiempos me entregaba.
Tú, imagen siempre fugitiva,
buscabas,
no sabemos.
Posado tu regazo, tu imagen tocaba tu pelo como un peine de cultivo,
y en tu nuca desemboca como una almendra en mi boca;
embrujada, y tú, desnuda como una alondra derramada.
. ****
Te amo y apunto a irme.
Después sonó una promesa.
Estaba anunciada;
mientras desarrugada y blanca;
ella estaba dispuesta y ensordecida.
Cada vez se ponía como cuando la fiebre acaba:
flácida, los labios como poderes.
Y los labios se acaban.
. ****
Amor a ti como milagro
Sin terminar, allí, donde empiezan las iniciales, allí te anticipo
miércoles, julio 16, 2014Sin terminar, allí, donde empiezan las iniciales, allí te anticipo.
Y me haces un reproche: el de no haber vivido.
Lo niego, te lo niego. ¡Qué sabré yo! ¡Qué sabrás tú!
¿Qué sabrá ella, si la vida es ciego monólogo?
Dime: ¿soy puerta, cerradura o diálogo?
Y todavía no recuerdo.
No recuerdo. Y es tan suave la ausencia, la ausencia tan suave.
Y eres tan sola
Líquida y dichosa
Sin dolor.
Casi sin dolor. Casi sin dolor, casi sin miedo.
. ****
Amor a ti como milagro
Hasta que se sintió allí al fondo las piezas de la vida
lunes, julio 14, 2014Bastaba con el eco de tu boca, un poco de aliento y la humedad se recuperaba.
Alocada por tu parte y doblando por una esquina la realidad de nuestros cuerpos febriles como gatos de la noche encerrados en nuestro dormitorio.
Anticipábamos los tiempos y sus designios malhumorados.
Empezábamos con las fuerzas de las masas hasta que se hizo la luz.
Hasta que se sintió allí al fondo las piezas de la vida.
. ****
Para arrancar tu vestido supe de tiempo, y tú tan desnuda, cegadora ninfa, me dejas caer en tus cantos.
Invadías mi alma y yo encerrado en la desconfianza, en la cueva de mi pecho,
en los clavos oscuros del desamor.
Tú, de espaldas, vi como invadías mi alma en silencio, en trama, con ese amor que se llevó el tiempo.
Y esperaba, esperaba un suspiro. Estaba a un segundo, a un segundo humedecido. Y el resto del día me quedé con la mano seca.
. ****
Sed hecha del sueño de media tarde, de las lagunas de tu lengua vestida de palabras. Y al mismo tiempo, tú, íntima y desconocida, me marcas.
Me marcas y era yo en la lluvia de antes cuando él gastaba la lluvia ponía sus dedos renunciando al sueño.
Y eso aún, fue tu vestido negro.
Tu sonrisa se abre como una tormenta como un fuego libre de almendras.
Torpe como agua.
En el mar florecen los inventos como una amenaza.
En tu piel seca se fugó el origen.
¿Para qué supe de tus manos si después fuiste a arrancarme el tiempo?
. ****
Reír, reír, estremecer.
La belleza duele. La belleza que te inventaste en el olvido.
Fácil.
Hemos salido fácil de los silencios que tú creías.
En mis torpezas, en el altísimo sueño, fruta agua fruta
y un lugar cercano.
Fácil tu cuerpo de agua salada con sabor solitario.
Detrás de ti desnuda te quitaste el llorar y reí, íntima, fracasada, reí.
Ella cortaba los mapas para viajar en el Destino.
Sale el viaje de amor rojo e invasión nueva en ese momento de las horas de un estar siempre.
. ****
En exceso amo tu sangre que corre por dentro tus labios,
y por tus ojos que todo lo arreglan.
Si me hablas suenan los rincones a llamada perdida.
Si hacemos el amor huele a ropa mojada.
En la chispa de tus labios se apagan las farolas.
Pretendía encontrar la noche y leí tus renglones.
Si duermo de insomnios a prueba de amor.
Hoy he visto tu sombra en tus manos y duermes; y ríes, y se acabó la mitad del día.
Como un viaje se acabó la mentira del insomnio; como el fondo de un libro chapoteaba el riesgo; el riesgo de tu nombre, así como suena.
. ****
Partir de la armonía para vislumbrar el caos, para ver más allá del lado invisible del amor, incierto, infinito.
Sale del mundo, sale la arcilla y las piedras cada noche hacen sombra.
Es la primera sombra el origen de tu silencio desvanecido a través de la belleza.
En tu piel dentro; en tu mirada, los elementos.
La carne cruje en tus manos: ya no responden.
. ****
Amor a ti como milagro
En la inmensidad del vacío de las hojas muertas emanan los árboles y eso ocurre todas las primaveras, y algunas tardes
lunes, julio 07, 2014Así anduvo el amor ante un velo, fugaz aparece como un gesto,
se sale de la combinación de las cosas,
en ese caso de la configuración del Universo,
de ese trocito de materia revuelta, desorientada,
en la inmensidad del vacío de las hojas muertas
emanan los árboles y eso ocurre todas las primaveras,
y algunas tardes, ¡maravilla! sucede otra noche,
y un mundo se dispersa, devuelve sus actos,
y ella múltiple, alejándose luego, un día, me recogía en su cama
entre vida y vida, en un segundo para perdernos en la memoria.
. ****
Por todas partes palabras,
y dos y tú.
Del otro lado, lluvia.
Escapa bajo el manzano de papel blanco una mano, una muñeca de vida o muerte, tiempo.
Tiempos de amor y núcleo, de esclavitud alrededor, y un testigo gigante y contagioso, enfermo, y muerto.
Ante tus ojos, mi causa, nueva inocencia de ese viento que cae asimilado a la duda.
¡Pero qué nos importa sino el vértigo!
. ****
Que duren estas violetas como bahías bulliciosas,
y ahora del lado del maullido, el polvo de tu pelo,
gato nocturno; y el placer de tus pliegues hace orgasmos inauditos.
Déjame ser tu nocturna gotera, pisar el alma de las cosas, pasearme por sus paredes vacías, en este momento volando por encima de las fuerzas, efectos de futuro; alimentarme del calor de tus sueños como metáfora completa.
Estabas en la parte de mi cuerpo para desmentir la ausencia, con tu palabra orgasmo, inaudito fragmento. Y ahora el fragmento era yo, atormentando las calles.
Llueve,
lluvia cerrada,
detrás de las cortinas,
nostalgia.
Veo correr personas como frutas mojadas; y es evidente que es invierno en carne viva de sueños hace fruta como una amenaza, sillón de lluvia entra como traza.
Humedad de trance evitando el recuerdo, huyes. Te sonaron las manos como una huida, como un cruce de piernas, como el frío de los muslos, se hizo lluvia la mirada.
Llueve con tristeza certera, con cristal rechazado, escéptico; y miro que estoy seco cuando de ti me acuerdo.
. ****
La desgracia del cuerpo que llama.
llanto
ante tus ojos
y tus labios en angustia.
y si acaso pudieras, viento,
a cada fuego con hambre como si fueran hogueras de los dedos cerrados.
Las manos colgadas de las puertas: vestidos flotando,
cuando anochece, caen de amor leve.
En las primeras mentiras vi alas azules verticales, y de mar mucha noche.
En el trapecio de tus sueños,
en la copa de tus manos,
vi barcos amarillos como frutas paradójicas, paisajes del tiempo.
Manos sin raíces caen al agua,
aterrizan en lunas nuevas como ventanas.
Si puedes mirar, y escuchas la noche,
habla bajito, mira lo negro, y suspira.
. ****
Amor a ti como milagro
Como arquitecto del principio del agua diría esto de memoria
jueves, julio 03, 2014No sabe abrir la boca ni abrir el tiempo,
ni abrir la sombra ni pintar el árbol.
Un árbol enorme con grandes mariposas.
Un vientre asegurándose el futuro.
En su última ceremonia echó la tierra alrededor de sus pies para que conozca la sombra en su duro sueño.
Una impaciencia tiene láminas en los ojos.
A veces, hielo.
A veces, vuela.
Va y mira, y nos hace.
Como arquitecto del principio del agua diría esto de memoria:
Nos despedimos de todos los bordes del precipicio.
¿Y qué puedo hacer ahora?
Invocarte.
Invoco al pasado que fui;
al pasado de papel. Y eso:
Ahora te pones de puerta callada,
de colibrí parado,
de manos cosidas.
Tiempos cíclicos,
locas catástrofes,
no avisen.
. ****
En la inmensa oscuridad de la orilla, déjame.
cada vez más
espesa,
más dura, más fría.
En tu desprecio, déjame.
como gota de agua que mata.
Déjame.
Déjame como boca pasada,
vivida, decepcionada.
[prefería aquello que hablas]
Decepciones, crees.
Yo creo aún en tus labios.
¿Para qué? Para un agujero.
¿Para quién? Para ti.
¡Qué crees!
Tengo el corazón como un trompo,
loco, dando vueltas, colgado de las venas.
Un reloj de tiempo con taquicardias.
Escapado, quieto, dando vueltas, suelto, amarrado, sujeto, y abierto.
Tengo un loco colgado del pecho.
. ****