Mientras la tierra grita cayendo por los acantilados
lunes, septiembre 14, 2015
Tienen las cosas
tu sabor. Tus besos saben a las ciudades que hemos visitado. Pero ya es tarde
clara; y por las plazas serenas corre agua. En cada tela veo
tu cuerpo; y amanece en una flor parada. Eres la puerta del tiempo que me
queda, el vértigo de la inocencia. Los ojos quisieran derrumbarme; me miran
como hasta el final, como hasta dejarme seco. Y pienso en ti, cada martes,
cada día, mientras la tierra grita cayendo por los acantilados.
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