El mismo día y en la misma calle
domingo, febrero 25, 2018
Me tienes desconcertado y loco. El mundo y el resto de la vida se ahoga ante tu bella presencia. Y para empezar, furioso me rompo los dientes ante la roca de tu silencio. No quiero ya vivir sin ti. No quiero seguir sin que me correspondas. Que si no me doy cuenta del vínculo que hemos creado; pues claro que me doy cuenta, y te adoro y lo cuido. Pero a pesar de eso tienes destruida mi boca. Me molestan todos los ruidos y todas las falsas promesas. Nos rozamos y aparece luz y calor. Y nos quedamos así sin poder decir nada. Y yo quiero besarte, pero no quiero que sea arrebatado ese beso, sino que de corazón me lo entregues. Y después pienso en cada ocasión que habría podido besarte. Me arrepiento de no haberlo hecho. Pero prefiero que seas tú quien me beses. En este cóctel de huellas, en este sufrimiento del sentimiento que nos separa, ahí cruzo todos los espacios para ver si te encuentro. Estás y no estás. Es cierto que estás en mis dudas tanto como en las tuyas. Estás en la madrugada de los ojos cerrados, en cada ahogo cuando respiro. Me vence, a veces, el temor de que no me ames y perderte. Quiero mutilar el Tiempo, dejarlo tan corto como los años que nos diferencian, y haber nacido el mismo día y en la misma calle para conocerte desde siempre.
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