De agua jardín y ojo
viernes, febrero 23, 2018De agua jardín y ojo
comienza como lo hacen los cerezos
En cada ojo un pie del paso
De ángulos saben las puntas
Una sonrisa de piedra en cada uno de tus labios
Ella era unida soledad de las cosas
A los recovecos del miedo se dedicaba
Y entre tus pechos me montabas una fiesta, para ti para mí, para hacer olvidos de descalabros
Él tenía los ojos hechos con troncos de árboles vivos
Las miradas derechas, algunas torcidas por mal viento, otras apaciguadas a fuerza de calma, y la tuya, la tuya, mi amor, limpia
Él se dedicaba a ella. Le limpiaba la ventana todas las mañanas. Miraba su cama. Miraba las pequeñas cosas de su cuarto de baño. Buscaba los besos dados en sus labios. Un aroma de pelo como de café caliente. Un sudor de sus manos nocturnas
Arrastrador de árboles por esos ríos tuyos
A la mañana le había venido como de vez en cuando le venía
cosas de la mañana que las tardes no conocen, y tampoco las sé decir
Andaba yo como con ojos insuficientes
Y andaba, andaba con ojos recientes
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