Como en el barco de tu boca con tu piel clara creces en mí lento como un árbol. Adoro acurrucarte en tu recuerdo. Mueren los días de las mariposas. Una curva cae por tus ojos, donde nívea. Por ti cae la nieve, por tu cuerpo. En la soledad de tu cama he oído gritos. En los cinco primeros minutos se hace un vacío mientras te pinto un árbol en la almohada, te limpio la sábana, te hago un sueño sin peligros, te preparo una mañana. Por favor enciéndeme la noche, amárgame un rato la espera. Y otras veces en tu boca tengo un sueño, un rastro de cama, de repente un sueño como el vértigo de una flor con sus puertas abiertas.
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