Ya no es sospecho amarse
lunes, mayo 07, 2018
Y nos hallaban. Y nos hallaban. ¿No los oyes? Se están alejando. Ya no se hallan en movimiento perpetuo como los amores cautivos, esos de tiempos lejanos, llamados medievales. Ya no es sospecho amarse, ni hilar los telares, ni hacer ánforas de tierra. Nos pusimos a buscar el alma, su historia, su mundo. A pesar de todo seguíamos en exceso. Hasta la saciedad. Hasta necesitar vomitarnos. Sucios. Asquerosos. Pero con amor en las garras. Seguía amándote en tu exceso. Era como retenerte. Hacer de ti una que vuelve, segura, sin tu maldita estafa. ¡Cuánto lloré cuando tu lejanía reventó la bola del espejismo! Tuve los vasos y los huesos rotos o algo parecido, como si me diluyera. Así quedé como un recuerdo, el mío, desplazado en el tiempo.
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