Decidíanse todos los delirios suaves como la fresca mañana. Volabas tú. Volvía de pronto la noche. Desaparecían todo los pájaros de cielo. Volvía otra vez la luz con el anterior amanecer. Daban vueltas locas al revés las agujas del despertador. Primer cigarrillo, segundo cigarrillo ya fumados. Mismo sabor de boca de la misma hoja de tabaco. Sonaba la lavadora con las mismas revoluciones...
Duerme con la tortura del condenado. En esa ira de arrebatarse el tormento. Caduca jamás ni al atardecer, ni en la noche, ni el mar entiende, se enciende como un largo infierno, del espesor de la piedra. Es su embriaguez insaciable con sabor a fuego, de intoxicada mirada sumergida en el abismo. Duerme con la tortura del condenado. En esa ira de arrebatarse...
Me levanto en el blanco de tus ojos. Me vi horrible y creí que había muerto. Y no: fue la noche que no habiéndome reconocido me devolvió a ti sin imagen. No me vi y creí que te habías ido o estabas durmiendo en tus sueños. Fue como cuando te pierdes y la angustia te invade. Tortura de un instante. Ejecución mortal. Condena...
Se desvaneció el zumbido mordaz. Había visto palabras como tijeras, de amargura llena. En adelante, todo insensato, apagaba las luces, la tv, y se quedaba con el reflejo digital sobre su pálido rostro de no salir desde hacía mucho tiempo. Como si dijera que aquí me quedo, sin comer, sin sueños, tardarán tiempo, por el olor, encontrarme. Forzarán la puerta y solo encontrarán...
Estaba sumergido en la luz de tu ausencia. Puse el reloj y marcaba las horas de los pájaros. Aún no había sombras sobre el suelo. Fue el origen del desastre. Se descomponían los libros, el amor y la carne. Ya hacia tiempo que la distancia era fecunda y frecuente. Se podía coger el aire con los dedos, pesado, espeso, inaguantable. El gran pan...
Entonces, por nuestros labios corre la duda como el tiempo dormido de las horas. Duda de sueños inacabados. Duda del instante pasado y de imposibles ausencias injustificadas. Pero ya es hora; ya llegó. Ya llegó lo que nadie se explica: la escalada del tiempo, sus tardes sin lluvia, los ambos recuerdos colgados sobre las ventanas. Ya llegó el laberinto de las calles sin...
Se levantaba la estampida de los secretos, la náusea de la nostalgia, ese veneno de la hirviente sangre. Gotean los ases de la vida. Se encienden los ojos en sus atajos. Aparecen los voraces agujeros de la lluvia. Salen los pájaros rosas del invierno. Se agita el olor. Se alejan nuestras bocas de carne. Florece allí la memoria. Se levantaba la estampida de...
Soy abanico de tus sueños rotos. Agita y agita la proliferación del aire. Revienta los objetos del dolor. Aleja la pestilencia. Son sus varillas fetiches del aire, su mango modelo de nuestras manos, sucias, moradas, sudorosas. Sufren heridas leprosas, trozos de la vida que se aleja. Mueren sus sueños en coma. Es la rebelde pintura de la vida, el ansia, la mezquindad. Revientan...
Íbamos en las alas de prodigiosos Infiernos. Era, entonces, evidente la lluvia. Manifiesto invierno. Fuerte y silencioso como la vida. Capaz de aire y tormentas. Quería arrasar las últimas trazas de la primavera. Agua fuerte con sabor a peces de mar lejano. Lluvias densas como el tiempo. Frágil amanecer, entonces. Ardía el aire para verte. Aquí hace una pausa la construcción del mundo....
La entrada de árboles retorcidos de los sueños traiciona la memoria, le crecen las mentiras, antes, antes, antes del amanecer. Es entonces cuando el espacio de tus ojos, por no haber hablado, se hace oscuro y negro. Coge el silencio tu mano y se hace dolor. La entrada de árboles retorcidos de los sueños traiciona la memoria, le crecen las mentiras, antes, antes,...
Se me hace sordo el Destino. ¡Mira que le grito, le desnudo y grito, para que me hable! Me responde con trozos de laberintos vestidos de negro paseando de espalda por los pasillos. Dices tú: Deja el futuro incierto y vente a mí de carne. Digo yo volviendo la mirada: Me llama, me llama, y sus ecos rectangulares me confunden. Dices tú: No...
La luz es una victoria sobre los enemigos; la serpiente, un monstruo dormido. Es el agua sagrada de arriba una promesa. Uno al Tiempo la vida en una alianza inseparable. Y la revelación de lo incalculable se hace firme. Nacen los días del calendario de los muros. Prometeo declara el tiempo del sacrificio. La luz es una victoria sobre los enemigos; la serpiente,...