Y los mimos de nuestras lenguas
lunes, abril 30, 2018
Somos ojos sorprendidos. Ya te he dicho que se roza nuestra piel. Imagina, sueña, la abrasadora vida. Para todas las horas que ceso de verte. Eso no, eso no, que viene la noche y su trágica trama de fondo. Imagina, y recuerda. Quiero verte a deshoras, a despropósito, a llover. Quiero verte en visión de carne, en las noches perdidas. Quiero engañarme empezando por el te quiero, ¡Y tu carne, carne! Y los mimos de nuestras lenguas, y los silencios insondables. Quiero hechizo y tu duda, y algunos imposibles. Una fábula triste con dificultad para mantenerse. No me nombres la tarde porque me pongo triste. Y es hoy, parece, que nos espera el aire libre.
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