Brumas de punta a punta de tus ojos. Y yo pensando, me empujas. Miraba obediente tu pasado y vi tu boca. Decidí, entonces, quedarme en tu futuro. Decidí, entonces, quedarme en el blanco de tus ojos, en su instante. No podía quedarme con tus recuerdos, lo reconozco. Tus recuerdos donde yo no estaba son como voces; y me empujan como una calumnia. ¡Qué...