Es tan delgada la vida que un día me será posible inventarla. Inventarla silenciosa. Inventarla con sabor a locura. Inventarla con el «allí vives» y otras promesas. ¡Es tan delgada la noche del dolor, tan triste y conocida! Estaba en la noche «come veneno», desapareciendo en el aullido, en el redondo sueño como una cúpula negra. Estaba en la boca del tiempo que...