Recuerdo tus brazos. Flotas cerca. Ondas de aire a ti. Volaba el agua bajo tu ventana; allí, arriba del viejo edificio con sus ventanas de vieja madera, como una cascada que desbordaba. Sabía que te habías encerrado allí por voluntad propia, o por tratamiento por algo que aunque intuía, ignoraba. Subí. Estabas allí en un gran apartamento. No me imaginaba que esos sitios...