Y dices, dices, dices. Y digo, digo, digo. Así de infinito es el sufrimiento. Los años rebobinando la alfombra con la que se evacuan lo muertos. Sus preguntas incontestadas añadidas al cesto sepulcral, enterradas a golpes de silencio. Dices-digo que tendrás que volver, que que que el dolor se te ha roto, hecho añicos, reconocible por su aspecto de terror. Terror heredado de...