Al amor que arranca las manos. Al ser poseído. Al arrebato. Al amar, sí. Al permanecer lejos de la huida. Esos viajes en círculos de ninguna parte. Y tú no sabes, y no sabemos que nos huimos como extraños a nosotros mismos, ignorándonos, desamándonos, usados en la enajenación de las manos. Es largo el querer. Se hace interior oráculo: voz hablante insonora. Nos...