Recordábamos el dolor como un ruido. Ya borrados de la existencia, tal vez, embriones del recuerdo. Se abre el dolor y pesa. Se abre el amor en tu piel ofrecida, como un grito de entrega de la Bestia. Y en cada inmóvil placer, nos quemábamos la lengua. Recordábamos el dolor como un ruido. Ya borrados de la existencia, tal vez, embriones del recuerdo....