Entre nuestras manos hace frío como cuando crujen los árboles bajo el vendaval. Ábreme la boca que me precipite en ella como la caída libre de una gran cascada. Supe en ti beber sediento. Y ahora caigo como una mirada llorosa. Entre nuestras manos hace frío como cuando crujen los árboles bajo el vendaval. Ábreme la boca que me precipite en ella como...