Tú escuchas el amanecer cuando despierto. Es entonces cuando tenemos la boca clavada a la noche. Me hacías un silencio como algo transparente, impetuoso y perfecto. Créeme, esto es una repentina noche que confunde el tacto; este es tu redondo pecho como una alarma. En su codicia, nuestros ojos cayeron sobre nuestro sexo. Tú escuchas el amanecer cuando despierto. Es entonces cuando tenemos...