Clara como los racimos de la hierba
miércoles, noviembre 06, 2019
Clara como los racimos de la hierba. De uvas, besos. De piel, embriaguez, dunas, y tardes y siestas adormiladas, brazos cientos, cierto el tiempo en el amor es perdonable. Albergue que protege del desastre. Deberíamos dormir sin sorpresas, inocentes, en la habitación de las batallas. Ser necesarios al trabajo de la vida. Ahora veo las sombras de las sonrisas. Pero nada importa de esas bocas. Ni sus ciegos silbidos, ni su piel fría y seca, ni su corazón primitivo.
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