Comenzaban los fugitivos sueños

viernes, septiembre 06, 2019

 ¡Acaso no ves los árboles, sus frutos rebosantes de aire, su ropa envoltura trasparente para lucirse en los solitarios campos! Tenían acceso al vuelo de los pájaros, a sus multicolores alas, al respiro. Formaban remolinos de viento que llegaban al transporte de las semillas. Vino así la superficie de la noche, sus largas ramas y raíces, su silencio pincelado por los nocturnos cantos. Llegaban al borde de las casas del pequeño pueblo, a las tapias, a las ventanas y bordes de madera. Se hace el niño encogido entre sábana y sábana, templadas por el descanso de su frágil cuerpo. Y ahí, en ese instante, comenzaban los fugitivos sueños.

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