No cabe esperar
sábado, agosto 17, 2019
No cabe esperar, ni el aire de la vida, ni su fija sustancia, ni el ser amado, porque de quererte, te quiero. No tengo ningún recuerdo fijado donde no esté de algún modo algo tuyo; tú, esa tu presencia. Esa tu presencia amorosa, sabia de mi vida seca donde eres árbol del oasis uno, distante en la distancia de arena quemada. No tengo tiempo donde tú no marques las horas tristes y aquellas que la soledad hace amargas. Ya ves que no cabe esperar aunque espero, de ti espero, esa gota que alimenta al desierto.
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