Vivir entre los restos
domingo, noviembre 11, 2018
Vienes insondable como un hechizo, fabulosa, perpetua e imposible. Experta alevosía nocturna. Decidí llorar porque no estabas. Vino entonces un tiempo defectuoso. Un signo desfalleciente. Un exceso. Un tiempo interior tormentoso. Hasta la saciedad pretendí vivir entre los restos. Apagados hilos de mar y de pequeñas cosas. Hice mimos a la vida pero no me contestaba. Era demasiado pequeño y vaporoso. Viniste tú, mi desaparecida, como viene el amor y la vida.
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