Hacíamos noche en la fonda de los signos. Nos andaban rodando por la cabeza las sorpresas inevitables, escaleras de altas casas a millares. Fui a verte, mujer, y corrías como el agua, divina fuente, sauce. No moriré lejos del mar, ni de tu ausencia, aquella que recogerá las piedras de mi última cama. Hacíamos noche en la fonda de los signos. Nos andaban...