Se nos lleva el mundo. Luego, reposos en el frío del aire. En el aire de la Luna. En el inflamado cielo del dolor. Y presto mis labios al frescor del cielo, entreabiertos como pez del aire que flota sin alas ni esfuerzo. Cielo de carne y cuerpo. Loca cabra que hace signo sobre el oscuro fondo del cielo; hace compuesto de estrellas que por las inmensas distancias ni se conocen. Locos deseos de hacer imagen de la influencia sobre el alma y carácter que cree proceder de la inmensidad del cielo.
Senso, luego ex-isto como hipó/tesis.