Se desvaneció el zumbido mordaz. Había visto palabras como tijeras, de amargura llena. En adelante, todo insensato, apagaba las luces, la tv, y se quedaba con el reflejo digital sobre su pálido rostro de no salir desde hacía mucho tiempo. Como si dijera que aquí me quedo, sin comer, sin sueños, tardarán tiempo, por el olor, encontrarme. Forzarán la puerta y solo encontrarán...