Y mis gritos y tu indiferencia. No se hacen preguntas, ni de ti ni de mí. Ya llegaron las aguas negras de la noche. Quise olvidarte durante ese tiempo, pero traicioneros sueños te hacían el amor en cada rincón de la casa con el deseo de los desesperados. Quise olvidarte de la palma de mis manos, de los gritos solitarios de mi cama....