Ardiendo en tu virginidad me imaginaba un ser sublime y de gloria. Porque eres divina. Porque eres fuego sagrado de mi alma. Eres lo que la ciencia llama esencia verdadera. Me has convertido en hombre religioso primario. Siempre veo en ti el agente de la religión y de la vida. Dios para nada puede decir que no existes. Aunque eres a menudo indeterminada,...