No me tomes. Así, no. Ni como espacio diluido, ni como imagen, ni como sueño. No me tomes como olvido, ni como mente desastrosa. Déjame que pase las horas a tu lado como si fuera una promesa. Déjame en esta medianoche de tu cama; cerca, muy cerca de tu mesa, de los desperdicios, los restos de tu comida dejada. Allí donde te mueves, allí toma mi mano; y después, haz del tiempo retraso. Ya es medianoche, toma el camino. Deja que el tiempo se vacíe. Ámame diversa mientras la hierba inflamada crece; mientras este cuerpo sin ti seco, como si intentara deshojarse. Seducción secreta y múltiple, casi imposible. Cerrada incógnita. Allí entre mis dudas nadaban las horas.
. ****