No se coagula la saliva

domingo, enero 30, 2022

Incansable charla de la vida. De palabras instantes. Acuosas y vibrantes. No se coagula la saliva. Ni infarto del músculo de la lengua. Auténtica verdad negro sobre blanco. Urdida ella. No sé en. Ella no se arriesga, esa lengua. Ni se arrastra (no es una arrastrada, en la expresión en España). Ni lengua de hueso traicionera. Ni lengua de madera. Se conoce el coco; el propio; como si lo hubiese parido. Es decir la lengua de músculo y saliva se conoce el propio coco como si ella misma lo hubiese parido sin tener que ir a donde Cristo perdió la chancla y el cuerpo ni al tercer día en el cual se le perdió el cuerpo sin estirar la pata o las dos, con perdón de todos los pecados que hemos concebido. Con esta letanía que nos deja con la mosca detrás de la oreja y la colmena de abejas dentro del laberinto de los oídos, no hay ni Dios, nuestro padre, bendito sea, que comprenda a los dichosos dichos que nadie a los niños infans traduce para colmo de su ignorancia. Cepillándose de paso su futuro entendimiento que, como el idealismo deduce, prometía. Sin tener opción de hacerse la sueca, el ignorante infans de toda humana geografía pone a planchar sus orejas, las suyas y las propias, para cantar como loro lo de «Tela marinera: ¡Qué complicado es todo!» este intríngulis del “bablar umano”.

Palimpseste sur peinture. SubIrrealismo en espejo. Intratextualidad aleatoria.

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