Bajo el duro silencio de los nocturnos ojos

lunes, julio 20, 2020

Duerme. Dormíamos. Aunque durmiésemos con las llaves de los sueños bajo la dura cabeza de la almohada, bajo el duro silencio de los nocturnos ojos, bajo la insuficiente respiración de la noche... y aún así dormimos en la más placentera inocencia, en esa felicidad del casi antes de haber nacido... aunque durmiésemos así, de ese seguro modo del que solemos ignorar casi todo, pues ahí flotamos en la más bella inocencia, la del bebé sin intenciones, la del otro benevolente, la del amor sin condiciones, ese bienestar sin nombre que pasa por la profunda sedación del cuerpo y de la mente...  aunque durmiésemos así, aún sin saberlo estaríamos vivos... ¡o quizás! ¡oh bello durmiente!

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