De besos, abrazos, estábamos hechos, afinados, yendo hacia nuestra mirada, en sonrisa, nunca apagada. Por eso nunca fuimos más allá del espacio de nuestros ojos. Esos del me amas, del sin ti no voy; si no sonríes, no. Si con tu sonrisa me llamas, me dejas besos en la cama. Porque puedes y quieres, y amas, y sabes y mereces. Y te preferiría...