Y se opone la muerte a la maravillosa vida. No quiere. No quiere. No quiere. La deja sin entradas. A pesar del lindo mar de tu casa. No codifica los misterios. Le deja a la vida las palabras como follaje. Allí son tuyos los árboles. Yo, como antídoto, escribo tu nombre. El cual borra las palabras profanadas. Con la distancia de los ojos....