Dentro de la mirada. Esos ojos tristes de la duda, mientras la duda se apaga a la hora del regreso de la llama de la esperanza. Divino amor de las horas. De las eclipses nuestras de cada día. Donde el parpadeo de la piel nos deslumbra. “A nos” ciego desde las manos. Sin rápida cosecha anunciada en las nunca estaciones que no cambian....