A veces, me volvía el alma como bautismo de tus ojos. Esa tu huella lenta. Belleza lenta. Espejos de mármol. Espejos que esperan con la espera de la piedra. Me dejan contigo un tiempo, solo un breve tiempo. En el que pienso en la madrugada. Un silencio en la piel de invierno. Un ya se fue la hora. Un sobrevivir por espera. Ladrón de tiempo. Te escribo desde su ventana como un colorido loro que habla solo de la vida.