Sin haber visto. Sin saber. Y entonces, el cierre del hecho. El cierre de los ojos vistos. Para que creas en el recuerdo, allí donde viven los nombres. Despiertos, cerrados, limpios. Nombres que no fueron pesadilla. Tal vez, fueron sueños. Sueños que se saben vida. De ojos cerrados, sueños. Algunos, tristes; otros, dudas. Allí donde no regresan para encenderse en llamas. Allí los...