Desde que nunca llamas se oyen gritos dentro de las bocas. Gritos de las últimas noches las aumentan, retuercen, oscura tortura, colmena de breves cabezas, reducidas hasta el núcleo del hueso, entre piedras que hacen escalera. Roja escalera brillante. Como si por ella se fuese el alma en la embriaguez de la nada. Desde que nunca llamas se oyen gritos dentro de las...