Como un agujero la Luna vela. Murmura el Destino. Pero no creo que esta sea la soledad más grande. Me cuentas todas la infamias. Me das abrazos seguros para el consuelo. Me amas segura de la delicia. Y tus pies y tu boca son para mí un tormento. No niegas mi cuello, ni el llorar en retroceso. No es envidia de la Felicidad...