Encanto me aguardaba en tus brazos. Sonaba tu cuerpo a los golpes del destino. Me limpiabas el aire. Traías la brisa. Allí donde todo comienza. Me sucedes. Me comienzas. Me haces un mundo de esperanza. Sin ausencias ni distancia. Al otro lado de mi cuerpo. Recostado sobre tus pechos. Revelado fuera de las costumbres. Sin espera cuando el cuerpo estalla. En tu dulzura...
Amor a ti como milagro
Donde la soledad se hunde en el tupido enjambre del alma
miércoles, diciembre 26, 2018 Construido e oculto. Ocupado en darle voz a tu mundo. Por ti temblando, abierta como un verano mientras pasa el suave tiempo para darle tu voz donde la soledad se hunde en el tupido enjambre del alma de las sombras, mientras me aguardaba tu encanto como los brazos flotantes de los nenúfares de la tierra. Construido e oculto. Ocupado en darle voz a...
Con sangre y alegría el hombre. Me juntaste. Me reuniste. Me centraste. Como ninguna, hermosa hiciste de mí hoja verde, y luz y floreciente. Adivina mandrágora, del agua escultora. En el temblor construido cuando el verano traspasa las sombras y parece el crepúsculo un invento. Con sangre y alegría el hombre. Me juntaste. Me reuniste. Me centraste. Como ninguna, hermosa hiciste de mí...
Qué impaciencia te deslumbra cuando asoma la vida. No hay hermoso consuelo, ni el brillo de sus dedos, ni noche fina. Va la sangre demasiado espesa haciendo contrafuego. Va el hambre desfigurando el rostro mostrando sus huesos. Ya ha sufrido la piedra todas las tempestades. Ya escribe sobre su árido rostro las cicatrices del habla. Ya se diluye torrente abajo en fina tierra...
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Y que corras por la calle. Yendo al puerto. Olor a mar callado. Balanceo del vértigo. Vestido de agua. Son las casas de la orilla fachadas de húmeda sal. Donde se reúnen los perros al ladrar. Vivos rabos mueven las rígidas parras sujetadas por sus largos dedos a azules paredes marineras. Entre ellas hablan de amores viajeros marinos de velas locas y blancas. ...
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1111Habíamos de hablar primero como esponjas que absorben. Sin pensar en el bochorno de la crítica. En su siniestro. En su laberinto de hojas muertas. Se perdían allí aquellos que recuerdan, entrelazadas sus gargantas a amorosas suposiciones. Vuelven ahora al retorno del tiempo. Aquel tiempo de guante, por dentro suave, por fuera impermeable. Ya era historia aquello que se escribe. Absurda esclavitud, para...
Contagiosa luz que ocultabas bajo una sutil indiferencia. Ahogada tu frialdad, ahogadla. Difícil silencio en el que vivía. Goteaba como hambriento, rabioso y voraz como una decepción amarga. No, no podía vivir sin tu boca de nata. No. Tal vez crees que solo soy un espejo, de amor tal vez, sin alma sin cuerpo. No soy noche escurridiza, entrelazado misterio....
Presentes disculpas a la vida, decía la mente cerrada, con gritos en los ojos, lágrimas de avena, grandullón ahogado en la pena. No le quedaban ojos para mirar, ni corazón que adivina, ni sentimientos de desprecio que lentamente gotean. Tiene ya la tristeza contagiosa, la frialdad decepcionada, la pena gorda, el corazón de nada. Viene el día y adivina. Adivina la tontería dramática,...
Constante. Crece. Crece constante aquella creencia que te tengo. Sin duda, demente. Potencia del tiempo irreverente. Desafiante, y yo, luchando. Sin clemencia, luchando, roto y valiente, de amor hecho perspicacia. Resistencia, resistente. Y crecen, los suspiros crecen. Los árboles crecen. Sus ramas, hojas, flor. Con cara de noche. Labios de tentación. Borrando las mentiras, los bloqueos de los secretos, los cerrados gritos, agrupados...
Pon tus lágrimas en la nieve. Su perfume como marcas. Plantemos grietas en las rocas. Colguemos las visiones. Abandonemos la tristeza. Tomemos el canto de nuestras manos. Necesario espacio de la vida. Vivamos de reflejos que cuelgan de los árboles. Dejemos las noches perdidas, las canciones tristes, la demencia, la deuda. Tomemos los irresistibles suspiros que dan vida a nuestra boca. Pon tus lágrimas...
Nombre de sal. Nombre de arena y manos. Y vendas de ojos. Y remoto pedestal. Torcido remolque del sacrificio. Piedra angular del equilibrio. Imprevisible. Diente del blanco cielo. Había entre tu blusa un precipicio. Un libro, una censura. Un escrito maniático enamorado de una flor distraída. Un falda boca abajo. Un silencio sin cabeza. Interior e ineludible. Una sombra de agua. Un reloj...
Como del naranjo nace la hoja de la hoja, nazco en ti. Verde planta. Verde campo. Verde. A nuestros pies, verde hierba. En nuestras manos, sabor verde. Blanca margarita, tallo verde. En su mundo de pequeñas piedras. En su tierra oscura o negra. Allí te sitúo siempre, en mi origen. Árbol verde de rosado melocotón. Melocotonero. Fruta. Roja granada y áspera. Corre allí...