Dina toma el centro como su estancia, se queda, clava y envenena
En esa repetición del tiempo, vuelto sobre sí mismo, ciego
Hacedme conocer el tiempo en su límite
Vivir con la pasión de la primera vida
Puesto que haces el momento... el tiempo se presenta en su instante... y casi lo veo.
El siglo XXI será el siglo de los neologismos o no será. El siglo del lenguaje de las tribus. Pero será el siglo de la palabra. Todo el mundo tendrá una teoría no censurada.
A ella no le interesa borrar su pasado, ni a mí el mío; porque somos lo vivido. Tendremos pues que trenzar nuestras vidas para hacer una; mismas y diferentes.
Tú, mi amor, encarnas ese indecible misterio que llevaba dentro hasta que lo desenterraste.
Creo que todo fue a golpes de ojos.
El amor pone muros imaginarios entre los enamorados para evitar que fusionen.
Y los amantes hablan por los agujeros de las manos.
Es imposible decir con los ojos demasiados inundados.
Conservo el querer con el calor de las manos.
Nada tardará más que el futuro.
Si jugamos, sale la luna.
Solo de besos dejaría mi cara manchada.
Por tu culpa loca.
Las 12 de ninguna parte.
El amor tiene que llevar a lo insoportable.
No suele haber cosa más difícil que quitar esa luz de luna de tus ojos.
A la que quedó en mi exilio interior, la tengo como un amor secreto.
Buzz
Las primaveras las más altas, que bullen en mi cabeza, vienen de ti llamada
domingo, agosto 14, 2011Las primaveras las más altas, que bullen en mi cabeza, vienen de ti llamada.
¿Y si es infierno porque allí fueron castigados los que no creyeron en el amor?
Celos traidores me habéis roto tantas veces el amor...
Cupido, el cabrito ese.
La nueva narrativa es esta coral polifónica instantánea que es la red.
Le dijo ella. Solo tengo diez noches no te precipites en el amor. Y le quedaron las marcas de los días, las fechas y las horas. Todo lo demás suele quedar intacto.
El Titanic del Nilo.
En el paseo de tu boca, doy mis primeros pasos, sobre labio y labio.
Los ciegos seremos del mundo de los bellos.
Las próximas noches van a traer un gran racimo de lunas.
Decido, en virtud de todas las leyes del amor conocido, que este, el nuestro, no será sometido por ninguna.
Te haré la promesa de todos mis viajes reales e imaginarios.
Tú serás el viaje, la que lleves el timón, capitán, capitán... habrá otro amanecer...
Mi pecho ya no conocerá la tibieza.
Cuando los auténticos amantes que conocen el amor han sido en su ser transfigurados...
Todo el error del Destino ha sido nuestros caminos bifurcados donde no hubo lugar ni para desencuentros.
¿Y si llamara cada parte de ti para recomponerte con amor absoluto?
Te voy a decir todas las cosas directamente a la boca.
Antes de ti era solitario.
La metáfora es como un periplo. Palabra que coge, la hace bella.
Sí, abrigada...
toda recogida
absoluta.
toda recogida
absoluta.
Si el destino ha echado los dados ¿qué culpa tengo yo que tu seis haya caído sobre el mío?
Tengo falta de esa nada que tu ausencia me dejaba.
Voy a quererte con tu consentimiento; y cuando no lo tenga, voy a quererte con la rebeldía de un rebelde.
Poseo la vida al margen. Al margen de su corriente ella me lleva sin remolinos, rodeando las piedras del borde.
Así puedo quedarme en la razón; pero esta razón de amor que poco loca me parece.
Por costumbre, las miradas rodeaban el contorno de los cuerpos dejando fuera el vacío.
Pocos no sucumbieron al desastre. La catástrofe los quiso para ella.
De esas veces que he vivido en el sucumbir y no he acabado.
De esos amores que sucumben en una hora.
Soporté el vacío por un momento.
Hoy verás amanecer por ramas... por las hojas planas
por los frutos y por las cerezas
entre los dedos
a ras de suelo
y despierto en lo más íntimo de ti.
por los frutos y por las cerezas
entre los dedos
a ras de suelo
y despierto en lo más íntimo de ti.
Si la muerte, ese rencor sin límite, viniera a interrumpirte en el acto, no sería cruel por ser muerte, sino por que me quita de ti.
Recuérdame con las mismas palabras lo que fuiste.
Dejame el arbitrario agujero abierto; no temas por la caída: ya vengo de ti cayendo.
Hablaría del cultivo de tus miradas; pero están bajo secreto.
Vivir en el entusiasmo de la verdad o en la debacle de la mentira.
Entre tu cintura encontré el abismo eterno.