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¿Y si en el universo humano no estuviera ni el pincel ni el papel?
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Llegó el ocaso de nuestro universo. Viene apresurado el instante del adiós.
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Emprendí los caminos de tu fantástico universo discursivo donde me faltaba frecuentemente el soplo.
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anda para que vean que andar no es imposible
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y yo te fui siguiendo, así de simple, allá donde te pareció llevarme, sin arrepentimiento por mi parte, pues llegamos a sitios que tal vez no tengan ni nombre
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Me llevabas de la mano con una promesa que por el afán de mi mirada me fue imposible cumplir.
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Con sus largos y fuertes brazos todos los puentes separan las riveras que se añoran.
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El enigma jugaba al escondite entre tu y yo.
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pasábamos largas noches en la penumbra, frente a frente, mirándonos, sonriendo, callados
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"y sin embargo se mueve" el sol alrededor de tu larga y rubia melena (diga lo que diga Galileo).
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Pues si la realidad era un gran sueño, ella añadió los suyos para hacerla más grande.
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píntame a tu manera con el azul de tus ojos
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entre tiempo y tiempo, tomábamos unos segundos para un beso
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en el tiempo del año, me hacías vivir varias nuevas historias de amor como si nada
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contigo el futuro llegaba realmente antes
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Desde la fuente de tu cauce hasta el largo mar de las aguas profundas sondeo tu flora corriente, los torbellinos, los traicioneros enredos.
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como al musgo, después de haber crecido sin raíces, me arrancaste de la fría piedra sin exceso de dificultad
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se me quedaron enredadas algunas de tus palabras en el laberinto de mi oído
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saltabas irritada con los pies juntos sobre el duro suelo insensible a los ecos de tus golpes
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con tus calculados disimulos casi geométricos producías en mí una desconocida angustia que contigo desapareció
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En tu corazón había dos puertas: una para el amor y otra más grande para todas las pequeñas cosas.
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Cuando abrí los ojos ibas aún durmiendo en el asiento del tren. Al abrir tus ojos sonreíste como si ya me conocieras. Te devolví la sonrisa junto con largas palabras que consumimos hasta el final del viaje.
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hoy le puse letras a tus pensamientos ocultos traduciendo al instante tu secreto
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¿Cuantas veces paseé por los angulosos pasillos de tu museo privado en cuyas paredes colgaban tus artísticos triunfos?
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Llevaba meticulosamente el néctar de las flores a tu panel para endulzar tu vida mujer.
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Sólo cuando dormías no resplandecían tus ojos completamente asiáticos.
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No vuelvas a pasar bajo el arco de esos árboles pues he visto desaparecer las sombras.
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Con suspense y mucha intriga vivimos nuestra historia hasta el final.
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Hablaba tan perfectamente de ti que cuando escuchabas tu canción preferida realmente te ausentabas.
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El tiempo construido, trabajado. El tiempo caído.
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Tendré más suerte la próxima vez. Más suerte que ahora será siempre posible.
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Invierno. ¿Qué tiene que ver el invierno? Que venga el invierno. Como si tuviese algo que decir de ti el invierno.
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Mis pasos perdidos no valían ni un penique; mi futuro, tal vez, una libra. Y todo tomó valor; otro valor. Desde entonces se me olvidó la dirección del banco.
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Fuiste el relevo del tiempo. Dejaste fuera de juego al tiempo ordinario.
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pues tu tienes mi memoria; incluso mi nombre.
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¿Qué desventajas tiene el amor? A simple vista ninguna; con una lupa, tal vez tenga.
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Me estás pidiendo lo que tu nunca has conocido. El amor que te ofrezco ¿cómo podrás valorarlo?
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Comparaste mi amor con otros; como si el amor pudiese ser comparado.
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Si pusieses una bandera cada vez que crece nuestro amor nuestra casa parecería un estadio olímpico.
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Quieres pintar cada palabra cariñosa que te digo con una paleta de colores que no cabe en tu mano.
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Nos sorprendimos cuando vimos que tomaban nuestro amor como ejemplo. Todos querían amarse.
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Soy el espantapájaros que mi abuelo puso en medio de la tierra aunque yo creía que no era para asustarlos sino para hacerles compañía.
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Te sugirieron pagar a plazos lo que se da de golpe: el amor.
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aún hoy no entiendo que tus pequeñas desdichas me hicieran tan desgraciado
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Te di tanto amor que las sobras las tirabas por la ventana. ¿Adivina cómo se llama tu jardín?
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No sembré rosas para ti. Planté un árbol centenario.
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Aquel invierno incubé una gripe de amor y luego una neumonía de pasión. No hubo antibiótico al cual ya no fuera resistente.
Prometo que si la próxima vez muero, aviso.
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tengo tanto llanto metido en mi cuerpo que aunque vuelvas seguiré aún llorando.
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Un halcón del desierto precedió tu llegada. Te sorprendió los sauces verdes de Wisconsin.
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Buscaba remedio para una herida negra. Ni la magia ni el hechizo pudo curarla.
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de mucha tela blanca tu vestido, blanca tu piel, blancos tus ojos, algo menos que blancos tus cabellos, tu sonrisa blanca y por que no podía verte por dentro...
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tenías el arte de ralentizar el tiempo cuando ponías esos ojos que no sé explicar
.
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tiraste al fondo del mar el ancla sin soga con intención de hundir tu barco; no sé en qué pensabas
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poseías la sorprendente facultad de predecir los tiempos de amor y la llegada de borrascas ruidosas
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llegó a ser una catástrofe pero la admití como esperada e irremediable
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en esta ciudad que nunca hice mía iba y volvía en la noche de los pájaros
.
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ya te olvidé. Ni me acuerdo de tu nombre. Si sé que hablabas de las marcas de los cuerpos: mapas de cuerpos retenidos en tu frágil memoria
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porque tu naturaleza me hiere, huyo y vuelvo y te pido clemencia, arrogante
.
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esta vez fuiste radical borrándome de tu memoria
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apretaste el botón de pánico, alto riesgo, pues el siguiente paso hubiese sido incendiario
.
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desde los esponjosos asientos del cine refugio de los enamorados nos reconocimos varios días en aquellas imágenes cambiantes
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saltabas alegre sobre las yemas de mis dedos como sobre las teclas de un piano
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en contra de los vientos, bajo cualquier tormenta, los pies encharcados, los dedos arrugados, las pestañas goteantes
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Estás en el puerto del antiguo mar donde nuestro amor cogió los aromas de los viñedos colgados en las encrespadas montañas.
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Me hace sonreír lo absurdo, lo contradictorio, lo demasiado evidente,
lo redundante también, cuando me cierran una puerta en las narices,
cuando me dicen te lo prometo con una pequeña sonrisa en los labios,
me hace gracia la excesiva y fingida seriedad.
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como la posibilidad de que te fijaras en mí me pareció incierta hice señales de humo con mi aliento
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tan mal te quise que hasta las palabras te defienden.
.
.
fijé en mi memoria los labios de tu sonrisa
.
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Por si me olvidé, iluso,
una vez estuviste aquí, muy cerca, a mi lado.
Por si me olvidé.
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cuando dejé atrás los cantos de tus seducciones me encontré sentado en el banco del parque de las palomas
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Lenguas que desconozco me anestesian.
Invidente a la humillación
de.
Ciego de ojos y manos
para
Sus palabras insoportables e insufribles.
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.
y sabías también cuanto ocurría en mi corazón
.
.
Cuando andas ¿qué decir de cuando andas?
Cuando andas tú, sólo andas tú así con tu andar con tus pasos ágiles, firmes, fuertes.
Andas tú y sólo tú andas así; aunque algunos dicen que te pareces...
Que te comparen me ofende.
.
.
Átame con más lazos todavía que no quiero que se me olvide que te amo
.
.
Átame
con
invisibles
lazos amorosos
alrededor de tu fina cintura
para que no me lleven
los seductores vientos
con
invisibles
lazos amorosos
alrededor de tu fina cintura
para que no me lleven
los seductores vientos
.
.
por el placer de escucharte me quedé sin gestos en la oscuridad
.
.
Divagando a contra sentido puesto que me cansé de buscarlo.
Lo busqué entre las ideas, en ti, en algún escrito.
No crean que abandoné; divago con los párpados entreabiertos por si lo encuentro.
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como en todas las batallas de amores y desamores perdimos tú y yo la maravilla encontrada para siempre
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te hirió con un puntiagudo adiós clavado en medio del pecho.
un leve reguero de tu sangre descendía por tus piernas, por tu vientre
.
.
La ausencia extrae el aire de todo espacio interior y exterior;
deja pegadas mis carnes como papel de aluminio indespegable,
las paredes se buscan hasta juntar todos los muebles.
Y yo, papel de aluminio plegado quedo extendido sobre la mesa brillante.
.
.
Cuando
la ausencia desgarra
la piel, anula
la respiración, y los
ojos ya no quieren mirar,
la ausencia desgarra
la piel, anula
la respiración, y los
ojos ya no quieren mirar,
entonces
dicha
enfermedad puede
llevar
hasta el ingreso voluntario,
hasta el suero venoso
de la vida arriesgada
dicha
enfermedad puede
llevar
hasta el ingreso voluntario,
hasta el suero venoso
de la vida arriesgada
.
.
así que devastamos todos nuestros pasos decididos sobre un amor eterno mil veces prometido, mil veces incumplido.
Lo siento, amor.
.
.
Hemos de llegar a un acuerdo:
un día me amas tú, y al día siguiente te amo yo
porque tanto amor junto es imposible;
me parece, insoportable, atormentador, demasiada felicidad.
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pasaron las cuatro estaciones y llegaste tú, la quinta estación
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El gran continente quedó aislado tras el inesperado desplazamiento de las tierras.
Lo veo desde arriba, como una amplia isla a la deriva buscando otro continente.
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Roma se quedó pequeña para nuestros pasos. Algunos pensarán que exagero.
Que te pregunten cuantas veces recorrimos sus calles.
Y sus plazas, las fuentes de paso, las caras de piedra,
y cuantos escalones de amplias escaleras subimos y bajamos.
Que te pregunten cuantas veces nuestros pasos nocturnos sonaron cansados.
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en un lugar donde la Tierra puso tres volcanes como señal
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¿Por qué buscas dañarte con este amor insensato fuera del tiempo revocado por burlas ajenas?
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loca temeridad mía que anduve buscándote en el imposible hoy hecho realidad
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y la casa resonaba a ti entre el silencio que yo te dejaba
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día tras día los años enteros te amé
ya sé que los que no conocen el amor no se lo creen; ya sé.
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No conozco la oscuridad que viene de repente.
La oscuridad suele venir de puntillas para
llenarte sin derramarse.
llenarte sin derramarse.
Dulce oscuridad
embriagadora
de
mis
sueños los mejores;
embriagadora
de
mis
sueños los mejores;
No te ofendas
si
un
día
de ti
despierto.
si
un
día
de ti
despierto.
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un día comencé a sollozar al ver a aquel hijo llevado sobre la espalda de su padre
.
.
Dime de qué fuiste capaz. Cuéntame la pérdida.
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.
en tu ausencia presagiaba desgracias interminables
.
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tu amor asolador levantaba torbellinos sobre las llanuras de nuestra casa
.
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Pese a las fuertes lluvias y otras tormentas, el cuerpo entero empapado y el amor vivo...
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como anteriormente lo hicimos, ese paseo romántico por tu senda preferida
.
.
atando bien, con sumo cuidado, mis sentimientos supiste llevarme a explorar territorios tropicales inexplorados por el hombre
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con cadencia extrañamente fija la gota de agua cae del grifo sobre una botella verde vacía
o tal vez se seque el grifo o tal vez no se llene nunca la verde botella
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bailando una danza el fuego de los ojos de los bebedores rodeaban tu cuerpo evitando tus cabellos
.
.
con tu carácter vikingo asolaste todo corazón de la ciudad entera subiendo por el río
.
.
en nuestro viaje tuve que dibujar un mapa con tinta china imborrable antes de embarcarme y tomar las coordenadas
.
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Se abandonó la lengua en el fondo de un diccionario.
Harta de vivir, de las gruesas palabras, del maltrato.
No saldrá de su habitación nunca más hasta que este mundo cambie.
Mientras tanto se desengrasará hasta que el vestido le quede amplio.
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.
tu fuiste portadora
de mis pasos perdidos
de lo que no sabía decir
de lo que no sentí por desconocimiento
.
.
me condujiste por los vericuetos de tus complejidades
.
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a la ribera fui para descubrir tu pálido cuerpo desesperado bajo miradas impúdicas desconocidas sin derecho a verte así
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paseabas por la vereda de la antigua diosa con alegría y naturalidad
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los hombres bebedores de vino sueñan con atractivas mujeres casi reales
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si cada día pones una cinta en tu ventana pensaré en ti según su color
.
toma este lazo y haz nudos según tu capricho sobre partes de mí
.
la vieja embarcación subiendo por el río de "El amor en los tiempos del
cólera" me llevó a llorar en silencio sobre mi cama cuando el calor de aquel
verano aún no se había ido
.
.
echáronlo por la boca de aquel abandonado pozo alejado con la esperanza de no oír sus maldiciones y conjuros
desconocían que los viejos pozos tienen eco
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si horribles pueden ser las palabras, esas lo fueron
palabras tremendas de antiguo desamor
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.
me quedo atónito cuando nuestra historia se me representa como bello espejismo
.
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me ofreciste muchos bienes y un mal de amores
.
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viviste en un mar amurallado indiferente a los filibusteros fugitivos del mar
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arranqué la piel a mis ojos para que no estuvieran tentados de mirarte
.
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La pequeña gota de la constancia me abrió a este mundo sorprendente;
siempre sorprendente.
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.
a donde estabas no podía llegar por inalcanzable
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debí estar largo tiempo en las cosas del amor estéril
mas es ahora cuando lo sé que sufro
.
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córtame en finas lonchas muy cortas para que en mi paladar se derrita tu dulce picante salado amargo sabor
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Con igual naturalidad me decía que me amaba y que me odiaba puedo decir que me destrozaba con toda naturalidad y luego me curaba.
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pusiste el pie en el filo de aquella inestable barca para sacarme del profundo mareo, del brillo del lago, de las sombras inestables, de los húmedos olores, del silencio y de los cantos
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Ayer quitaron de nuestra plaza el banco donde conocimos los deleites del amor.
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.
Apresurémonos a ser felices que la felicidad sufre de impaciencia.
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errante, y a la vez cautivo, me cruzaba en silencio con figuras anónimas altivas de sus acostumbrados pasos
.
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Por que nuestras calles estaban orientadas hacia el Sur, con la Antártida delante,
tememos al hielo austral y a sus vientos.
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en esa novela tuya yo también anduve una vez por las calles de París donde encontré belleza de piedra.
Pero soñé contigo
y volví
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algunos viven los últimos días de cada mes de agosto como las últimas horas de cada domingo
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me movía el corazón, las palabras, tuve que frenarlo y callarlas para no provocar escándalos de aceras
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tuve que pasar entre las paredes y el asfalto, la mirada baja y los hombros escurridizos
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juntos fuimos cogiendo derroteros de pasiones de emboscada en emboscada.
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Al llegar, primero, desordenaste mi incipiente mundo;
tuvimos que recomponerlo pedacito a pedacito con cuidadosas notas de amor conjuntado.
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Frente a las incógnitas se requiere preguntas pertinentes o ninguna. .
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Ante lo que tememos perder
el adulto disimula
el niño lo ignora
al anciano ya no le importa.
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No hay desesperación que se resista a la testaruda paciencia.
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El hombre que lloraba cuando se reía.
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Me permitiste probarme como hombre, superar mis miedos infundados y mis prejuicios masculinos infantiles;
y todo eso lo conseguiste con el trato exquisito de tu afecto.
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.
si el invierno cae esta noche sobre mí no debo sorprenderme; estoy dispuesto.
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.
Como Esmeralda, bailé alrededor de la lumbre en la noche del antiguo París.
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Llegué a esa señal que me dejaste como cita, avenue d'Orsay, creo.
Torcí la esquina, y en algún lugar de la calle percibí algo de ti.
Aceleré el paso buscando otra marca.
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ibas en bici mientras las ruedas abanicaban en ambos lados las fibras de tu amplia falda
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no digas que soñé contigo, no digas que mis labios no alcanzaron los tuyos en persecuciones aferradas
.
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te alimentabas con frugalidad de los recién nacidos brotes de puntas de algas marinas
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Hurgando en tu cielo encontré más claros que nubarrones, algunas tormentas y pocas tempestades.
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No le quedaba más opciones después: quedar malviviendo allí o el sabor de calle.
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En aquel juego de amores y tretas te superaste; en los demás me sorprendiste.
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Clavado en mi piel sigue lo que me dijiste como un tatuaje que no quise hacerme.
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Dicen del mar que abate lo más fuerte.
Entraré en él en linea recta para que venza este sentimiento.
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suspirabas por volver a las tierras secas de albahaca aunque sólo fuera para comprobar que duraba la desdicha
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nadé en tus aguas torpemente dispuesto a tapar todas mis aberturas con tu tempestad
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desbaratabas mis arrebatados argumentos de amor cada vez que me acercaba a ti con supino temor
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¿núnca probaste echar las penas con las palabras revueltas?
se pudren dentro de mí
no me dejan
tienen larga malvada vida
.
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no se si fuiste tu o tus puertos de mar o el oleaje o tu incansable ronroneo,
de un salto ágil y serio saltabas sobre mi pecho
con tu lengua áspera lamías confundiendo tu piel y la mía
ron ron, ron ron marcaba el tiempo inexistente para ti
cuando veía la desesperación en tu rostro
salía por el marco siempre abierto de tu casa
.
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quienquiera que seas háblame, cuenta de cerca lo que allí dices de ti
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medio anestesiado por el amor, tus besos me parecieron mejores besos.
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sea mi amor, sea tu deseo de quererme aunque el merecer me falte
.
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Vengo a ti mi amor con algo de ofrenda
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fuiste largos años errabunda
nada decidida a parar
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te quedaste tendida, sin fuerzas, rendida a la noche...
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que bien se entendía la madera del parquet con tus pies
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cuando llueve pasa esto.
por tu cara patinan gotas de lluvia
una suele quedarse en la fina punta de tu nariz
.
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te mareaste una tórrida tarde, cuando ya el ánimo se recobró
huiste despavorida por las calles
algo terrible viste en tu ausencia
.
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construiste un muro alrededor de tus cabellos para ser inexpugnable
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sol polar de fondo ¿que más quiero para mi felicidad?
vaya a crecer demasiado y moleste
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dejé atrás la corriente del río, y acepté que sus aguas me siguieran;
en caso de que la dura sed del viajero necesitara de su frescura
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me aguijabas a cualquier hora con todas las formas posibles de tus besos
.
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Mientras la llevaban hacia el altar, ella recordó el primer día cuando la dejaron en la escuela.
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.
no encendiste fuego sino una placentera sensación que ocupaba los sentimientos y el cuerpo enteros
.
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si algo es admirable de ver deben ser tus negros ojos sin sonrisa
.
.
ya me tocó vivir la parte inferior de la felicidad
.
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La primera vez que me lanzaste como a una peonza, te gustó
pues cada vez que caía en tus brazos me volvías a lanzar.
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sufrí ultrajes de amores indebidos que me agrandaron aún más las ansias de amar
.
.
te untaste una espeso cremoso líquido al salir del baño
y tu cuerpo me pareció de brillante ébano pulido
.
.
me abrumas con tus insistentes y múltiples celos
.
.
No te negaré ni el amor, ni cosa alguna.
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.
fuiste tan deseado y tan breve el amor
.
.
tus dientes duros mordían por costumbre cosas, lápices o uñas,
y alguna vez, por apasionado descuido, mi boca.
.
.
los efectos de tu risa parecían llegar a tu sangre
no sé lo que digo, pero creo que reías con tu cuerpo
.
.
me dejaste muchas veces sin voz
como si ella fuera lo único que te molestaba de mi
.
.
tras un breve y retenido lapso, cuando ya pudo, respiró, me sonrió
y pasando su mano por mi cabeza me acarició los cabellos con su mano hueca
.
.
El gran oleaje nos reunió a golpes sobre la arena esperada
nuestros sueños difuntos volvieron a su mezcla chocante y natural
pidieron lo más simple nuestros cuerpos
satisfechos unos y otros, tardamos largo tiempo en volver al hábito de la vida
.
.
en mi armario tengo cosas varias
ropa para que no me echen de la calle
un par de corbatas para las bodas
ropa íntima o más íntima que la que se ve a primera vista
y una luna, por supuesto, para nuestras citas románticas.
.
.
cada vez que te veo pareces otra; y es que eres múltiple.
impetuosa en las pasiones
tímida, a veces, en algunas calles
juguetona y traviesa cuando te acuerdas de ti hace tiempo
seria sin ceño
sensual en la "esponjosidad" de tus ojos y otras partes
serena y lo que también me gusta, sin falsas sonrisas.
De hecho, aún no conozco tu sonrisa
voy a buscarla. Ahorita vuelvo.
.
.
la primera vez me lanzaste una mirada oblicua
pero tu larga cabellera me distrajo.
Marcaste territorios tangenciales, creo.
Parecía que te ibas para siempre. Ya sé que agazapada entre las múltiples palabras
estabas tratando dominarlas; incauta.
ni el alma dura de estas soportas; incauta.
No sé si sabes de esta tu naturaleza incauta; no sé.
no es bueno esperar a los tiempos donde el corazón irreversiblemente pierde sus naturales movimientos.
huye, huye de quienes en ello contentos te ayudan; incauta.
.
.
con tus huesos diste contra el fondo del hondo precipicio
fuiste rodando a saltos, unas veces de pie, otras de cuerpo entero
los huesos de tus brazos primero, de tus piernas después, fueron cediendo
tu cara y tus pies irreconocibles
las costillas rotas
Curioso el ser humano: al llegar, abriste un poco los párpados
y si viste la luz decidiste que aún vivías.
Y se pudo ver un pequeño movimiento en la comisura de tus labios.
.
.
rota ¿se dice rota? con tus palabras entrecortadas, contundentes una a una,
desgarrada, tus alas desplumadas porque no son de plumas,
con sueños de cortos viajes, muy cortos; para ti viajes siempre de retorno.
Dijiste que nada de aquel lugar era tuyo, ni nada del otro sin llaves.
costumbre de llamar a las puertas; que las abrieran, que todas se fueran abriendo.
Curioso, nunca dijiste que él cerraba la puerta al salir.
Nada de puertas cerradas; puertas abiertas.
Estás siempre visible; no conoces el ocultamiento.
.
.
conocí un hogar a los pies de unas montañas no poco importantes
vi el sitio y la casa perfecta para ellos. Sentí claramente ese sentimiento sin emoción
mudo. Supe que era para mí; ese.
no lo conseguí. Hoy vivo como si viviese allí.
Me acaba de visitar la imagen.
.
.
te desgarraste la piel de tu suave cara. Fue
un breve arrebato; relámpago de furia contra lo injusto
que el mundo era contigo no siempre sino ahí, en eso.
Quise hacer algo con los restos de ti que tu uñas felinas guardaban.
.
.
nadabas mirando al amplio cielo hasta que un golpe de oleaje te volcó
empujándote con toda la fuerza de su deseo hacia
la tierra de minúsculas piedras
quedando tu sombra prisionera bajo tu cuerpo espléndido.
en tu largo y escaso entumecido cuerpo recibías el oleaje incansable
.
.
siguiendo la corriente del aire suave o turbulento o
las marinas profundas y pesadas, me dejo llevar
porque ellas te llevaron a ti y sabrán donde te dejaron
.
.
de acá para allá te llevaban tus hombres de van y vienen
¿o acaso, no recuerdo bien, era al revés?
ofrecían rancheras a otras desesperaciones y a ti tu preciada melodía de revoloteos nocturnos sobre el tejado
aprendiste el ir y venir tan contundente como tu volver:
a las pasiones; al punto fijo.
tal vez él se iba por lo que pensabas de tu cuerpo.
Cógeme por las alas y suéltame despacito luego.
Ya saldré yo a volar en la noche de los pájaros por mi cuenta sin riesgos.
.
.
que se partiese en pequeños pedazos de cristal
te sorprendió como si por primera vez lo vieras
se te quedó la cara rota incrédula
fuiste recogiendo trozo tras trozo en la palma de tu mano
reíste al verlos juntos brillar
.
Buzz
volando silenciosa en todas las noches o tu sueños no gotean o tu nocturno vuelo
domingo, agosto 08, 2010
.
volando silenciosa en todas las noches
sensible con sus alas de carne casi transparentes
aunque negras, suaves, rápidas
aún durmiendo al revés tus sueños no gotean
también conoces muy bien, sin verlo,
a esa boca abierta colgada que siempre te espera
¿qué fatal y fascinante destino te empuja hacia ella?
sabes que volverás a caer
luego te suelta indemne
con más ganas de emprender de nuevo tu nocturno vuelo
.
.
se entretejen tus espesos cabellos a cada movimiento tomando formas diversas tu peinado
.
.
vientos mezclados alrededor de tu sombrío cuerpo
tocaban las notas que te faltaban
sonabas cuando se levantaba el viento en noches invernales, húmedas
luego sólo quedaba tu sombrío cuerpo en su silencio
.
.
El inmenso torbellino que venía de las estepas del norte abrazó la casa familiar,
la desenroscó de la tierra,
ascendiéndola, como una sombrilla, sobre el suelo;
la estrujó con sus ventosas invisibles
y la hizo estallar por los aires;
provocando una lluvia de recuerdos sin soporte ya.
.
.
sentí en mi tórax el casi imperceptible puñal de la felicidad entrando; clavado hasta la parte más ancha y gruesa del acero.
al otro lado, reconocí los boquetes abiertos por los golpes asestados de desgracias infligidas por la vida
.
.
vas con tanta alegría natural por las calles que tu falda levanta con sus aires torbellinos de emociones
.
.
una ola de sol bien ordenada avanzaba en linea invadiendo sucesivamente los continentes
.
.
te sentaste sobre la sombra amontonada de los árboles
.
.
te retuvo con sutil chantaje de falso amor.
te esperé hasta pasado el efecto
.
.
con las terribles tormentas vienen truenos que agitan la tierra y rayos mortales.
para la sabana seca, fuegos;
para los árboles, una dulce humedad.
.
.
ya que nadie se acuerda más que muy levemente de ti, haré aquí y hoy un perenne homenaje a tu sueño.
.
.
llevabas la luz en una mano y en la otra, las llaves de aquellas puertas
mientras decías tu nombre para que te encontraran
.
.
dejando mi casa para irme a la tuya comencé un camino de no retorno
de hecho, quemé mis barcos y hasta mis velas
.
.
te levantaste del lecho nupcial como si hubieses nacido esa misma noche
.
.
tus cabellos al viento te señalaban entre la gente corriendo bajo la lluvia
.
.
fondeé en puertos desconocidos donde conocí tristes emboscadas
.
.
cada amanecer busco en tu lado ausente de la cama
.
.
tuve un oscuro presentimiento cuando, por sorpresa, te vi hablar con ese desconocido
.
.
Cuando nos conocimos, durante todo ese día,
paseando, mirando, oliendo, sintiendo abundante calor,
y algún que otro roce accidental de nuestros brazos,
no dijiste palabra.
.
.
tu extraño amor jamás hizo agravio a ninguno
tal es así, que cada uno por su cuenta, aún, en silencio, te siguen queriendo
.
.
funesta noche cuando oí tu voz, diferente, por teléfono
tus manos ausentes me cogieron por el cuello
aquella vez no fue la última vez que oí tu auténtica voz.
.
.
para que te enteres, si aún no eres lo más importante,
mi tranquila y cómoda vida está temiendo que llegues a serlo.
.
.
no olvides que en la cabaña del bosque quedaron aquellos días salvajes.
.
.
insolente, siempre fuiste algo insolente; pero qué insolencia más bella.
.
.
regálame algo que pueda guardar entre mis sentimientos, mi amor.
.
.
no me detengas, me voy, lo nuestro se acabó para mucho tiempo; luego no me busque hasta que pase.
.
.
hice sacrificios que no me costaban nada por ti; a mí me parecían regalos.
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en brazos de tus amigos te veo rodeada y feliz; mas quisiera yo sumar esa felicidad a la mía.
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La vi sumergiéndose en el agua y por el cuerpo deduje la belleza de su cara.
No fue un error de mi deseo: al salir del agua su cara no necesitaba cuerpo.
Respiré relajado.
Ahora necesitaba oír su voz.
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En aquel extraño viaje, nos acostamos en la playa y amanecimos en el mar abierto.
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Los vientos del sur, procedentes del continente, empujaron la tienda de campaña por los aires hasta posarla sobre las aguas.
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Saliste corriendo a través de un campo recto o llano y muy amplio ocupado todo él por plantas de trigo.
Me llamabas para que viese que desde allí todo era más bello.
Fui y allí en verdad todo era más bello.
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porque tu amor fue como coger agua con los dedos.
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Si te marchas, no cuentes con ser mi amigo
para venir, por escaleras oscuras, clandestino, en tus noches perdidas;
no cuentes conmigo para consolar tus desesperaciones,
ni para ponerte hielo sobre el pecho.
Si te marchas déjame sola, por favor te lo pido;
no quiero ver tus ojos si no estás conmigo.
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no nos hacía falta ni flores ni prado alguno para verlo todos en colores.
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Sin las palabras, el amor sería no mas que gestos desesperados.
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ese amor desesperado sin palabras.
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en la ruleta rusa de cada acto perdí la vida varias veces.
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Las islas son propias para esconderse; luego buscarse entre los riscos de piedras oscuras de musgo.
Encontrarnos en un rincón montañoso; quedarnos acurrucados sobre la húmeda tierra.
Saltar a cada roce con el suelo viejo.
Ocultos .
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rehago tus sueños para formar parte de ellos como uno más;
con eso me conformo.
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La sabrosa agua de mar goteó sobre mi boca,
sobre mis ojos que no la soportaron.
Desde aquel momento, mis labios saben a mar
y otros perfumes cuya composición desconozco.
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Hay amores que parecen gotitas de mercurio:
caen por descuido y luego en el suelo vuelven a juntarse.
Hay amores tan tóxicos como el mercurio:
separadas sus gotas casi no producen efecto
pero, como por magia química, si se vuelven a acercar
irremediablemente se juntan siendo por lo general mortales,
si llegan al débil corazón.
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Sería muy común decir que salía un arco iris de tu ventana;
pero lo digo por que fue verdad.
¿O acaso el arco iris no se refleja siempre en las superficies brillantes y cristalinas como tu ventana?
Y, curioso, cada vez que pasaba bajo tu ventana, salía, otra vez, un arco iris de tu ventana.
Algunos días, salieron muchos "arcos iris" de tus ventanas.
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cada vez que salías por esa puerta, me quedaba con algo desconocido en el corazón
porque tenía el duro presentimiento que un día no volverías.
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te embarcaste para un viaje que ignorábamos sin retorno
las llamadas de nuestro futuro encuentro se fueron apagando
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debiera haberte ofrecido aún más, aún más, pero no supe entregarme
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se dobló y quebró la diminuta rama en un jardín japonés
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te subiste a un árbol tan fácilmente con los pies descalzos que supuse que en ti era natural
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En tus inundaciones de ese octubre monzónico floté sobre un balanceante tronco tropical.
No temía ahogarme; me engullirá el vasto Océano Índico.
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Haré amistad con el cuco para que me enseñe sus estrategias de incubamiento.
Luego buscaré el árbol de tu nido.
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Es una banalidad decir que hasta las olas se enamoraban de ella, por eso ella no se acercaba al mar.
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te encontré sobre la playa con miles de trozos de mar sobre tu extendido cuerpo
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usaste encantadoras astucias para conseguir mi amor embaucado y cautivado
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tus honduras insospechadas me causaban vértigo marino cuando me atrevía a sondear tu fondo
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salió de la habitación con unos buenos días satisfechos en sus labios
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tus dedos no eran ni rosáceos, ni mágicos, ni perfectos
eran inusualmente alargados.
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ella durmió en su interior como nunca yo había visto dormir.
desapareció aquella habitación al ralentí.
no pude moverme hasta el amanecer.
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no querría apartarme de mi camino para dejarte pasar con él radiante.
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A pesar de mi empeño en volver, no puede;
las olas me habían adoptado tomándome, en la mar solitaria, por huérfano.
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sobre el abundante mar de tu piel recorrimos noches perdidos
náufragos enamorados indiferentes a la tierra
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estoy buscando caras nuevas para mis palabras
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conmoviéndote de mi pena, me diste un último beso en una mejilla
dejando sin efecto todos tus besos
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solo y apartado pero no sé dónde ni de qué
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Perdonad que ande continuamente por las calles.
Sin pretender entro en alguna casa, miro el patio y salgo.
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Yo no esperaré para expresar lo que siento a que se abra el sobre de la verdad testamentaria, inesperada.
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Entre vagos y encontradizos encuentros creí encontrarte por casualidad.
Tú guardaste este secreto para no romper ese encanto del azar misterioso.
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no ocultaré (ni callaré mi memoria), ninguno de los días que fuimos felices.
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recuerda cuando sentiste el torturado e indescriptible amor.
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Quiero arrancar tu imagen del rincón de mi pupila donde se quedó clavada.
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