Los objetos nos preguntan si pueden enojarse con nosotros

 Los objetos nos preguntan si pueden enojarse con nosotros. Es broma; sin boca las cosas no hablan, pero los podemos interpretar como cuando bebés. En su mundo. Nosotros en el de ellos, complices fascinados por esos extraños que se nos aparecieron los primeros, con sus caras redondas, cuadradas,..., lisas, rugosas..., de colores,... Principio de amor, emoción, destrucción, presencia, ausencia, devenir. Amor, tristeza. Buen amor de la ausencia(s). De la continuidad. Su recorrido nos hace. Cavilar. Sentirnos, primero, cuerpo. Sin sus límites, después definidos. Nos envuelven, atan, sujetan, vibran en resonancia de sus cuerdas. Par ser sentidos, luego nombrados, hechos en la palabra del otro. Nos vuelven hacia afuera, ávidos. Hacia adentro, en retorno, transfigurados, activos, vivos, “sufrientes”, dolorosos, perfumados del singular olor que a cada cual nos distingue entre todos los “siendos”.

Écriture en miroir. Palimpseste sur peinture. SubIrrealismo en espejo. Intratextualidad aleatoria.