Despedidas desde siempre las espaldas de mármol, los espejos que esperan. Déjame tu rostro un tiempo, por ejemplo una madrugada. Un silencio en tu piel ahora que es invierno. Un ya se fue la hora. Un sabré vivir de costumbre, sin hambre en tu lista de espera. Ya sé que tengo toda una vida gastada, aquí, y todo dice que soy un ladrón de...