Dentro de la lluvia de tu pupila tienes una emoción rota. Llámame cuando en este cuerpo encogido llegas. Porque eres llave y obertura, composición sin cabeza cuando el cielo amanece vacío, delgado y sin existencia. Dices que todo se nos enlaza, se nos eleva, dices, como el amor tira al monte loco como una cabra. Y así, las cosas así prefieren la hierba...